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Bioética y Humanismo: Reflexiones sobre la Nueva Propuesta de Humanización, Resúmenes de Ética

Una reflexión sobre la bioética como una nueva propuesta de humanización, enfatizando la importancia de la comprensión ética y sus enfoques en el contexto de la bioética. Se abordan perspectivas de Victoria Camps, Hans Kung, Adela Cortina y Hans Jonas sobre la ética y su relación con la bioética. Se plantean preguntas sobre la libertad humana, la responsabilidad con la especie, el medio ambiente y las generaciones futuras.

Qué aprenderás

  • ¿Qué perspectivas éticas se abordan en este documento y cómo se relacionan con la bioética?
  • ¿Cómo influye la comprensión ética en la construcción y comprensión de la bioética?
  • ¿Qué significa la humanización en el contexto de la bioética?

Tipo: Resúmenes

2020/2021

Subido el 09/10/2021

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BIOÉTICA Y HUMANISMO
RESUMEN
Al hacer esta reflexión sobre la bioética como una nueva propuesta de humanización, es
indispensable tener presente el contexto de la ética, en lo referente a su comprensión, sus
posibilidades y sus enfoques. Es importante tener en cuenta estas perspectivas porque la
ética se puede considerar como el fundamento sobre el cual se construye la bioética; por
esto sus posibilidades, enfoques y comprensión tienen una nueva incidencia directa en la
construcción y comprensión de esta nueva disciplina llamada bioética.
Sobre este aspecto Victoria Camps afirma:
“para bien o para mal, la bioética ha empezado a desarrollarse en el marco cultural e
ideológico de eso que ha venido en llamarse “postmodernidad”. Un marco en el que
convergen, por un lado, el desempeño y el escepticismo con respecto a los ideales de
emancipación del proyecto ilustrado, que es el proyecto moderno. Por otro lado el
reconocimiento de una sociedad laica, plural y multicultural que tiene que hacer cuadrar
el círculo de poder de acuerdo con distintas perspectivas éticas procedentes de culturas
asimismo diversas”. CAMPS, Victoria. Bioética 2000. Un marco ético para la bioética.
Ediciones Nobel, España 2000, pág. 49
Continúa diciendo la autora que el panorama no es fácil ya que por otra parte la única
ideología unánimemente acepada por las sociedades avanzadas, ya que son estas las que de
alguna manera lideran los cambios a nivel mundial, es un difuso y hasta contradictorio
liberalismo. Por esto cuestiona tal panorama preguntando si basta con acogerse a un
liberalismo moral y si es suficiente afirmar la libertad de todos esperando que del dejar
hacer absoluto se obtengan todos los beneficios.2
1. LA COMPRENSIÓN ÉTICA Y SUS DIFERENTES ENFOQUES
“el hombre ha de ser más de lo que es: ha de ser más humano. Es bueno para el hombre lo
que preserva, fomenta y realiza su humanidad y todo ello de una forma totalmente nueva.
El hombre ha de explotar su potencial humano, en aras de una sociedad humana y un
ecosistema intacto, cambiando básicamente su rumbo de actuación”.1
Hans Kung
La ética se preocupa por las acciones humanas. Las acciones humanas no son meros
movimientos corporales. Estas acciones humanas de las que se ocupa la ética no están
indicando una conducta, un comportamiento del ser humano. Hay estudiosos que se
inclinan por las consideración que tanto las costumbres morales como el contenido de los
juicios morales pueden variar tanto de sociedad a sociedad, como de persona a persona. De
esto se concluye, que lo que lo que se considera como correcto o bueno no es siempre lo de
estas consideraciones éticas, ¿Cuáles serían los resultados que obtendríamos? Se podría
2Cfr., Ibídem., pág.49
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BIOÉTICA Y HUMANISMO

RESUMEN

Al hacer esta reflexión sobre la bioética como una nueva propuesta de humanización, es indispensable tener presente el contexto de la ética, en lo referente a su comprensión, sus posibilidades y sus enfoques. Es importante tener en cuenta estas perspectivas porque la ética se puede considerar como el fundamento sobre el cual se construye la bioética; por esto sus posibilidades, enfoques y comprensión tienen una nueva incidencia directa en la construcción y comprensión de esta nueva disciplina llamada bioética. Sobre este aspecto Victoria Camps afirma: “para bien o para mal, la bioética ha empezado a desarrollarse en el marco cultural e ideológico de eso que ha venido en llamarse “postmodernidad”. Un marco en el que convergen, por un lado, el desempeño y el escepticismo con respecto a los ideales de emancipación del proyecto ilustrado, que es el proyecto moderno. Por otro lado el reconocimiento de una sociedad laica, plural y multicultural que tiene que hacer cuadrar el círculo de poder de acuerdo con distintas perspectivas éticas procedentes de culturas asimismo diversas”. CAMPS, Victoria. Bioética 2000. Un marco ético para la bioética. Ediciones Nobel, España 2000, pág. 49 Continúa diciendo la autora que el panorama no es fácil ya que por otra parte la única ideología unánimemente acepada por las sociedades avanzadas, ya que son estas las que de alguna manera lideran los cambios a nivel mundial, es un difuso y hasta contradictorio liberalismo. Por esto cuestiona tal panorama preguntando si basta con acogerse a un liberalismo moral y si es suficiente afirmar la libertad de todos esperando que del dejar hacer absoluto se obtengan todos los beneficios.^2

1. LA COMPRENSIÓN ÉTICA Y SUS DIFERENTES ENFOQUES “el hombre ha de ser más de lo que es: ha de ser más humano. Es bueno para el hombre lo que preserva, fomenta y realiza su humanidad y todo ello de una forma totalmente nueva. El hombre ha de explotar su potencial humano, en aras de una sociedad humana y un ecosistema intacto, cambiando básicamente su rumbo de actuación”.^1 Hans Kung La ética se preocupa por las acciones humanas. Las acciones humanas no son meros movimientos corporales. Estas acciones humanas de las que se ocupa la ética no están indicando una conducta, un comportamiento del ser humano. Hay estudiosos que se inclinan por las consideración que tanto las costumbres morales como el contenido de los juicios morales pueden variar tanto de sociedad a sociedad, como de persona a persona. De esto se concluye, que lo que lo que se considera como correcto o bueno no es siempre lo de estas consideraciones éticas, ¿Cuáles serían los resultados que obtendríamos? Se podría 2Cfr., Ibídem., pág.

decir que este es el caso del enfoque bioético norteamericano, que está fundamentado, como ya se dijo, en el principalísimo y la casuística. De acuerdo con esta perspectiva, hay que tener en cuenta que los conceptos morales en realidad cambian a medida que cambia la vida social es, por ejemplo, el progreso científico, presente en la ingeniería genética, el proyecto genoma humano, etc.; estos inciden en la concepción de los valores, del comportamiento y por tanto de los conceptos morales. Con lo anterior no se pretende afirmar que la vida social es una cosa y la moralidad otra y que entre ambas solo existe una relación de contingencia, esta sería una afirmación falsa. Por otra parte, existe otro grupo que apuesta por ética de mínimos y por un proyecto de una ética mundial y una ética civil. Uno de los argumentos en los que se apoyan algunos de estos autores, como Hans Kung, para hacer la presente propuesta es, entre otros, el tema de la globalización. Es evidente la globalización que se vive en el mundo actual en todos los aspectos, económicos, políticos, etc. Teniendo en cuenta este argumento, se preguntan si un mundo único no necesita también una actitud ética única, lo mismo que unos objetivos, valores, ideales y concepciones comunes. 1.1. Moral y dignidad Por su parte Adela Cortina afirma que la base moral común, que a su vez justifica el deber de respetar las diferencias, es el reconocimiento de la dignidad del hombre y sus derechos; éste sería según otros autores, el tope de todo dialogo posible, la defensa del hombre como fin en sí mismo, en la línea kantiana. A este respecto afirma Kant: “El hombre, y en general todo ser racional, existe como fin en sí mismo, no solo como medio para usos cualesquiera de esta o aquella voluntad; debe en todas sus acciones, no solo las dirigidas a sí mismo, sino las dirigidas a los demás seres racionales, ser considerado siempre al mismo tiempo como fin”. KANT, Manuel. Fundamentación, pág. Los planteamientos anteriores son discusiones que se encuentran sobre la mesa y tienen cada uno votos a favor y votos en contra, pero en realidad no se puede afirmar que exista una unificación de criterios a este respecto, ya que el tema es complejo. Además se deben tener en cuenta muchas variables como son, por ejemplo, las costumbres culturales y el comportamiento humano que depende de estas costumbres, si es que se puede afirmar que existen valores de la cultura y valores universales. Un concepto que en el sentido del planteamiento anterior es polisémico sería, por ejemplo, el concepto de justicia; el problema radica en el siguiente cuestionamiento: si esta depende solo del concepto que se tenga de justicia en la cultura o del que tenga la persona en particular sobre este valor. De la misma manera nos podríamos preguntar por muchos otros valores. De todas maneras sea cual sea la postura que se adopte en la comprensión de la ética, necesariamente, como se afirmaba antes, tendrá unas implicaciones en la reflexión y en la praxis de la bioética. Por tanto, aquí no se pretende hacer un análisis profundo del tema ya que por la complejidad del mismo merece ser tratado en otra investigación; lo que si se quiere es plantear el problema y dejar claro que a la hora de hacer bioética no es indiferente la teoría ética que subyace en dichas reflexiones y prácticas. El siguiente texto puede ilustrar: “La debilidad y la fuerza de la bioética dependen en gran medida de la teoría ética general en que se sitúan los planteamientos y las orientaciones. La bioética funciona dentro de un paradigma de racionalidad ética, el cual le proporciona el marco de referencia para los

con todo nuestro ser, y es en este nivel en donde, mediante procesos de deliberación, valoración, prospección y toma de decisión son responsables con sus acciones correspondientes, pasamos a constituirnos en nuestra libertad socialmente responsable de nosotros y de nuestro mundo. Es en el nivel más alto de la consciencia humana en el cual el sujeto delibera, evalúa, decide, controla y actúa. Es un nivel práctico y existencial; práctico en cuanto le concierne rumbos o métodos de acción concretos; existencial en cuanto el control implica autocontrol, y la posibilidad de autocontrol implica responsabilidad por los efectos de sus acciones sobre los otros, y más básicamente, sobre uno mismo. Aquí cae la posibilidad de que el autocontrol proceda de diferentes motivos, uno de ellos puede ser el simple egoísmo. Entonces todo el proceso de deliberación, evaluación y decisión estaría limitado solamente a determinar qué es lo más ventajoso para uno y que le sirve más a sus propios intereses. Sin embargo, en la medida en que la vida de alguien, sus metas, sus realizaciones son una repuesta a los valores, en esa misma medida la auto trascendencia se efectúa en el campo de la acción. Entonces uno ha ido más allá del mero egoísmo. Uno ha llegado a ser capaz de genuina colaboración y del verdadero amor. Ahora, en la medida en que la auto trascendencia en el campo de la acción caracteriza a los miembros de una sociedad, en esa misma medida su mundo no es construido solo por la imaginación y la inteligencia, mediado por las palabras y los significados, basado sobre todo en la búsqueda de sus propios intereses sino por los valores, no por lo que es solo aparentemente bueno sino por lo que es verdaderamente bueno. Por esto, a modo de conclusión, se puede decir que la autenticidad humana es seguir la ley interna del espíritu humano. Es decir, porque podemos sentir, debemos entender; porque debemos entender, debemos investigar; porque debemos llegar a la verdad, debemos reflexionar y comprobar; porque podemos realizar los valores en nosotros y promoverlos en los otros, debemos deliberar. 2.1. Auto trascendencia racional En la medida en que seguimos estos preceptos, y en que llenamos estas condiciones para ser personas humanas, alcanzamos también la auto trascendencia en los campos del conocimiento y de la acción. Ahora, teniendo en cuenta lo dicho anteriormente se puede afirmar con el autor que la raíz de la ética no está en frases, ni en preposiciones, ni en juicios, sino en la estructura dinámica de la auto trascendencia racional. Y que además, solo me hago racionalmente auto-consciente en la medida en que soy responsable, con razones, de mis propios actos, y esto ocurre cuando el escruto del objetivo e investigo los motivos de un modo posible de obrar. Finalmente, quisiera anotar algo que me parece muy importante a propósito de este tema, y son las evasiones con las que el sujeto evita la exigencia de la autenticidad, de la auto consciencia. Se trataría de no tener la suficiente sinceridad, cuando se trata de uno conocerse a sí mismo como uno es. La segunda evasión consiste en la racionalización. Se trata aquí de eliminar a incoherencia entre el conocer y el obrar armonizando el conocimiento propio o desplazar la exigencia a un problema de teorías y conceptos. La tercera evasión consiste en la renuncia moral, cuando definitivamente uno se rinde considerando que tal ideal no es para mí. Esto porque es muy difícil precisar en qué

consiste la exigencia racional de auto-coherencia entre conocer y obrar, en la que se funda para B. Lonergan, todo imperativo ético. Aparte de esto hay otros factores de suma importancia por su incidencia en una auténtica realización de la auto-coherencia entre el conocer y el obrar, estos factores son la libertad, la liberación y el bien humano. En lo referente a la noción de libertad hay que decir que, si bien existen actos libres de la voluntad, también descubrimos que no todos los actos de todos los hombres son libres. Aquí las preguntas reflexivas son de suma importancia ya que estas son las que nos indican cual es exactamente el modo de obrar propuesto, cuáles son sus pasos sucesivos, que alternativas admite, cuales excluye, qué consecuencias tendrá. Además, ulteriores preguntas pueden referirse a los motivos del modo de obrar; la reflexión consiste en una actuación de la auto-conciencia racional. Pero yo me hago racionalmente autoconsciente en la medida que soy responsable, con razones de mis propios actos, y esto sucede cuando escruto el objeto e investigo los motivos de una cosa es conocer exactamente que puede ser hecho y todas las razones para hacerlo, y otra muy distinta llevar ese conocimiento a la acción. Finalmente la evaluación reflexiva no muestra lo que debe ser, sino simplemente lo que por tales y tales razones puede ser escogido o rechazado. 2.2. Libertad esencial y libertad efectiva En cuanto al problema de la liberación, se debe dejar claro que existe una diferencia entre la libertad esencial y la libertad efectiva. El hombre es esencialmente libre en la medida en que los posibles modos de obrar son captados por intelecciones prácticas, motivados por la reflexión y ejecutados por la decisión. Pero, el hombre es efectivamente libre en una mayor o menor medida, en cuanto esta estructura dinámica este abierta a captar, motivar y ejecutar un nivel amplio o estrecho de distintos modos posibles de obrar. Por esto uno puede ser esencial pero no efectivamente libre para dejar de fumar, por ejemplo. Con respecto al bien humano hay que decir que este es a la vez individual y social y que aunque el bien siempre es concreto las definiciones son abstractas. Se entiende por bien particular cualquier realidad, ya sea objeto o acción que responda a la necesidad de un individuo particular en un determinado tiempo y lugar. Pero por otra parte los individuos viven en grupos y en gran parte su operación es cooperación, y la manera más concreta de ejercer la cooperación es lo que llamamos bien de orden. Este bien es distinto de los bienes particulares pero no está separado de ellos. Se consideran estos bienes no aisladamente y como referidos al individuo a quien satisfacen, sino que se consideran todos juntos y con la característica de ser recurrentes. Sin embargo el bien de orden no es una sucesión simple y sostenida de formas y tipos del bien particular. Como tampoco es una utopía, ni un ideal teórico, ni un conjunto de preceptos éticos, ni un código de leyes mí una especie de super-intuición. Se trata de algo muy concreto; es el buen o mal funcionamiento real del conjunto de relaciones del tipo “si…entonces”. El bien de orden tiene una base en las instituciones, pero es el producto de mucho más: de todas las habilidades y destrezas, de todas las industrias y recursos, de toda la ambición y solidaridad de un pueblo entero que se adapta a todos los cambios de circunstancias, afronta las nuevas emergencias y lucha contra toda tendencia al desorden.

3. NECESIDAD DE RESPONSABILIDAD CON LA ESPECIE, EL MEDIO AMBIENTE Y LAS GENERACIONES FUTURAS

vida, pero lo que si se le puede decir es que ese derecho está limitado por un deber opuesto y que es el otro está incluido en mi apuesta. Por esto, teniendo en cuenta nuestra responsabilidad con las generaciones futuras, con la especie y con el medio ambiente, la pregunta que debemos hacer es: si nos es lícito poner en juego la totalidad de los intereses de otros. Los grandes riesgos de la tecnología quedan excluidos de esta apuesta, ya que, como afirma Hans Jonas: “no son emprendidos con el fin de salvar lo existente o eliminar lo intolerable, sino con vistas a la continua mejora de lo ya alcanzado, esto es, para el progreso, el cual, en el más ambicioso de los casos, apunta a la instauración de un paraíso en la tierra. El progreso y sus obras se hallan más bajo del signo de la arrogancia que de la necesidad, y renuncia al desarrollo de sus posibilidades atañe a lo que excede del necesario, mientras que su acción puede afectar a lo incondicional mismo. Así pues, allí donde no se trate de salvaguarda de lo que ya poseemos, vuelve a estar en vigor la tesis de que a mi acción no le es licito poner en juego el interés de los otros que son afectados y que en este caso son los hombres futuros”. Ibídem, pág. 79 De lo anterior se sigue que es necesario tener en cuenta que en lo que se refiere al progreso tecnológico el riesgo de la apuesta tiene un sentido incomparablemente más abarcador en lo referente a sus consecuencias, que cualquier otra decisión humana que se pusiera en juego. Se podría decir que en principio nadie puede pronunciarse seriamente en contra del progreso, ya que su lema es: siempre más, siempre mejor, siempre más rápido.

BIBLIOGRAFÍA

CAMPS, Victoria. Bioética 2000. Un marco ético para la bioética. Ediciones Nobel, España 2000, pág. 49 KANT, Manuel. Fundamentación de la metafísica de las costumbres. Edit Porrúa, México 1998, pág. VIDAL, Marciano. Bioética. Estudios de bioética racional. Editorial Tecnos, Madrid, 1989, págs. 19- JONAS, Hans. El principio de la responsabilidad. Herder, Barcelona, 1995. Págs. 29-