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Guía de Patología Autópsica Félix Arce (1), Fidel Fernández (1), Iván Fernández-Vega (2), Ignasi Galtés (3), Isabel Guerra (2), Joaquín Lucena (4), Marta Mayorga (1), Rita María Regojo (5), Ma Paz Suárez (6), Nuria Terán (1)
Tipo: Apuntes
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Abstract—El trabajo que aquí se publica se trata de la Guía Clinica de Consenso redactada por el Club de Autopsias de la Sociedad Española de Anatomía Patológica para el Libro Blanco de la Anatomía Patológica presentado en el XXVIII Congreso Nacional de la SEAP-IAP, XXII Congreso Nacional Sociedad Española de Citología y III Congreso Nacional Sociedad Española de Patología Forense, en mayo de 2015 en la ciudad de Santander. En palabras de su presidente, el Dr. M.A. Piris, “Las guías clínicas son recomendacines para el cuidado de la salud de los individuos en situaciones específicas; buscan optimizar la asistencia, consolidar el grado de conocimiento existente en un área precisa, defendiendo el derecho de los pacientes a recibir la mejor atención médica y protegiendo la práctica clínica responsable”. La Guía de Patología Autópsica que presentamos no pretende ser un manual al uso, sino un punto de partida para intentar unificar criterios en el procedimiento de la autopsia. Como quiera que hay muchos puntos en común con la patología forense, en la redacción de esta guía han participado patólogos clínicos y forenses. Hemos creído conveniente dividir este capítulo en varios apartados: autopsia clínica y autopsia médico legal, indicaciones de la autopsia clínica, requisitos para realizar una autopsia clínica, procedimientos normalizados de trabajo en la autopsia general y especial, la autopsia fetal y perinatal y, finalmente, requisitos del informe anatomopatológico de autopsia. Los temas de legislación y seguridad y salud laboral merecen un capítulo aparte, sin embargo recomendamos como punto de partida sendas revisiones publicadas en REA, y en el foro temático del Club de Autopsias de la SEAP. Cada apartado va acompañado de una bibliografía básica de referencia que hemos insertado al final del manuscrito donde se podrá encontrar amplia información, conceptual y técnica, incluída las revisiones comentadas sobre legislación y salud laboral en autopsias. Fi- nalmente, hemos insertado varios anexos, que pueden servir de modelo para elaborar consentimientos informados, formularios y otros documentos utilizados en patología autópsica. Revista Electrónica de la Autopsia 2015, 13:3-12. (Procolos)
Index Terms—autopsia clínica, autopsia médico-legal, revisión, guía
Existen tres tipos de autopsias: la autopsia fetal, la autopsia judicial o médico-legal y la autopsia clínica. En ocasiones surgen dudas, a veces razonables, de la de- limitación entre una autopsia clínica y una autopsia médico- legal. A efectos prácticos, podemos decir que una autopsia es médico-legal, y por tanto del ámbito judicial y de la competencia del médico forense, cuando se trata de una muerte violenta (de cual quier naturaleza) o sospechosa de criminalidad, independientemente de la causa inmediata de muerte y del tiempo que ésta tarde en producirse (a veces meses o incluso años). En estos casos no debe extenderse el certificado de defunción y siempre deben ponerse los hechos en conocimiento de la autoridad judicial. La persona encargada de comunicarlo al Juzgado debe ser el facultativo que ha sido
llamado para prestar la asistencia o el que ha seguido su tratamiento en el centro hospitalario. Las muertes violentas son producidas por causas exter- nas, es decir, son el resultado inmediato o diferido de un proceso exógeno, ya sea de naturaleza suicida, homicida o accidental. Sin embargo, el concepto de muerte sospechosa de criminalidad es un concepto jurídico, independiente del origen del agente lesivo (exógeno o endógeno), que viene definido por las circunstancias en las que se produce la muerte, subsidiaria en cualquier caso de una autopsia judicial cuyo estudio postmortem determinará si se trata de una muerte natural o violenta. Las situaciones en las que algunas de las “muertes naturales” pueden presentarse como sospechosas de criminalidad, a juicio del facultativo que lo determine, son: a) Muertes sin asistencia médica conocida; b) Muertes en el curso de un proceso patológico de evolución atípica, y c) Muertes súbitas e inesperadas. Son, pues, autopsias judiciales o médico-legales:
médico legal a los fallecidos en las primeras 24 horas de acudir al hospital, de manera que el límite de tiempo para considerar una autopsia como judicial o clínica se establece habitualmente en las 24 h; menos de 24 h se considera una autopsia judicial y más de 24 h se considera una autopsia clínica.
Las normas para la preparación y remisión de muestras objeto de análisis por el Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses están recogidas en la orden JUS/1291/2010, de 13 de mayo (BOE Núm. 122, de 19 de mayo de 2010, pág. 43459 y ss).
Según el Colegio Americano de Patólogos, y como punto de partida, los siguientes criterios podrían ser útiles para la realización de la autopsia:
El Real Decreto 2230/1982 (BOE 218/1982 de 18 de Junio) recoge los siguientes supuestos: a) Que un estudio clínico completo no haya bastado para caracterizar suficientemente la enfermedad. b) Que un estudio clínico haya bastado para caracterizar la enfermedad suficientemente, pero exista un interés científico definido en conocer aspectos de la morfología o de la extensión del proceso. c) Que un estudio clínico incompleto haga suponer la existencia de lesiones no demostradas que pudieran tener un interés social, familiar o científico. Los clínicos que solicitan autopsias esperan que se des- cubran en ellas lesiones que expliquen determinados signos o síntomas (28%), la causa de muerte (21%) o simplemente que se confirme el diagnóstico clínico (19%). En un porcentaje elevado de casos (casi el 40%) la autopsia revela algún hal- lazgo importante que ha contribuido a la muerte del paciente.
A. Prosección y Toma de Muestras en la Autopsia General La autopsia clínica u hospitalaria debe responder a cues- tiones específicas. Por ello, el paso previo y más importante de todo el acto es la lectura de la historia clínica y la comunicación con el clínico para conocer el interés específico de la autopsia. Unas veces con el objetivo de encontrar la explicación a una muerte inesperada y otras para confirmar sospechas diagnósticas. La autopsia debe realizarse de forma estandarizada y sis- temática, y a la vez flexible, para adaptarse a los requerim- ientos de cada caso. El objetivo primordial es utilizar una técnica que destruya lo menos posible órganos y sistemas para posteriormente estudiar en profundidad las estructuras anatómicas correspondientes. La autopsia puede ser completa, o limitada a una o dos cavidades. Puede ser estándar o incluir procedimientos especiales.
∗ Sangre con EDTA (10 ml). Se debe guardar con- gelada (preferentemente a -80oC). ∗ 5 g de corazón o bazo en fresco. ∗ Miocardio ventricular en fresco (3 mm 3 ) en tubo específico para virus.
C. Prionopatías en Humanos. Manejo de Muestras y Elabo- ración de un Informe Neuropatológico Estandarizado.
Aspectos Generales : Las enfermedades neurodegenerati- vas causadas por priones o prionopatías son un grupo de enfermedades poco frecuentes que cursan con trastornos neu- rológicos de rápida evolución y desencadenan la muerte del individuo. El prion o PrPres posee unas propiedades que lo hacen resistente a los métodos de limpieza y desinfección con- vencionales por lo que son necesarias medidas de seguridad especiales. Las principales enfermedades espongiformes transmis- ibles (EET) humanas son la enfermedad de Creutzfeldt- Jakob (ECJ), el insomnio familiar fatal (IFF), el síndrome de Gerstmann-Straüssler-Scheinker (GSS) y el kuru. Todas muestran largos períodos de incubación. Medidas de Seguridad : Los exámenes postmortem siguen siendo un elemento esencial en la confirmación de la clínica de sospecha de prionopatía. Sin embargo, potencialmente expone a patólogos, técnicos y a otros profesionales a un riesgo de contagio, por lo que debemos conocer una serie de pautas de seguridad antes de manipular tejido contaminado con priones. Por consiguiente, la manera más efectiva de evitar infecciones u otro tipo de accidentes es trabajar respetando las normas de bioseguridad biológica y, en el caso de los priones, conocer la transmisión del mismo, que es por exposición percútanea del prosector sobre tejido contaminado, principalmente tejido del sistema nervioso central. En este sentido, tendremos que aplicar el principio fundamental de la bioseguridad que es la contención:
cabina de flujo laminar respetando las medidas de con- tención primaria. Las muestras de tejido se tomarán según protocolo de las regiones predefinidas, congelándose y almacenándose a 80ˇrC. Se recomienda tomar muestras de aproximadamente 1 cm3 de tejido fresco de corteza frontal, parietal, temporal, occipital, caudado, putamen, tálamo y cerebelo para el estudio molecular por WB de las prionopatías.
D. Prosección Neuropatológica y Estudios Especiales
Existen numerosos libros de autopsia y de neuropatología que abordan con suficiente detalle el abordaje y extracción del cerebro. Brevemente, tras una incisión del cuero cabelludo de oreja a oreja (es mejor cortar con el filo del bisturí en la dirección del corte porque se corta menos pelo), se refleja el scalp, se hace una incisión en los maseteros, y se procede a serrar el cráneo con una sierra oscilante. El cerebro se retrae hacia atrás, se cortan los nervios ópticos y extremo de la carótida interna, el tallo de la hipófisis y nervios adyacentes y, volcando el cerebro (contenido con la otra mano) hacia un lado y otro, se procede al corte de la tienda del cerebelo. Se cortan las vertebrales y la médula espinal tan abajo como sea posible y se termina de extraer el cerebro dejándolo caer hacia atrás sobre la mano que lo soporta.
Tras pesarlo, se deja colgado en formol mediante un cordel que pase por debajo de la basilar, durante una o dos semanas antes de su tallado. Estas generalidades, suficientemente conocidas, tienen pocas excepciones. La más importante puede ser la que constituye un profuso sangrado basal. En ese caso, antes de fijar conviene retirar la sangre mediante un chorro de agua y cuidadosa manipulación hasta exponer los vasos del polígono de Willis, de tal manera que se pueda verificar o descartar la presencia de un posible aneurisma, lo que se vuelve mucho más complicado cuando la fijación ha endurecido la sangre. Los forenses, a veces tienen la presión de cortar el cerebro en fresco para evaluar la causa de muerte. Para evitar la distorsión postfijación, lo mejor sería un corte a través del mesencéfalo y otro, coronal, de los hemisferios cerebrales a través de los tubérculos mamilares, suficientes para descartar una hemorragia como causa de muerte. Otra excepción la constituyen las anomalías de fosa pos- terior, que requieren un abordaje específico, como se detalla en el apartado de autopsia fetal. Desde este procedimiento común son varias las técnicas adicionales posibles:
del Club de Autopsias de la SEAP. (http://eusalud.uninet.edu/ cl_autopsias/Documentos/Protocol/Protocol.htm)
muestras se deben tomar en condiciones estériles. Estudio citogenético y genética molecular: Las anomalías cromosómicas y genéticas producen el 60% de los abortos del primer trimestre y su conocimiento es esencial para un adecuado consejo genético a los padres. Lo óptimo es enviar tejido en fresco (piel, riñón, hígado o bazo) al Servicio de Genética con información de las anomalías detectada; incluso en los macerados la muestra de cartílago mantiene células viables que permiten realizar su cultivo postmortem. En el caso de no disponer de Servicio de Genética, es aconsejable congelar a -70o C para poder disponer de ADN para estudios de genética molecular. Para los casos en los que no se ha tomado material fresco ni en congelación se puede extraer ADN del bloque de parafina y, mediante la técnica de QF PCR, descartar las aneuploidias más frecuentes (13, 18, 21, X e Y). Informe Final : Deben constar los datos macroscópicos (peso, talla, perímetros, hallazgos radiográficos y la descrip- ción y peso de los órganos), la descripción detallada de las malformaciones, si las hubiere, y la descripción de los hallazgos histológicos de cada órgano. El informe incluirá la descripción macroscópica y microscópica de la placenta. De forma ordenada constarán los diagnósticos definitivos correspondientes al feto o recién nacido, a su placenta y al cariotipo, si ha sido realizado y en qué tejido. En cuanto a los tiempos de respuesta del informe de autopsia fetal debemos emitirlos en un máximo de 30-45 días ya que el obstetra y los padres desean programar la siguiente gestación y la información de la autopsia es de gran utilidad.
Para que el informe anatomopatológico de autopsia sea eficiente debe cumplir los siguientes requisitos:
La ordenación - clasificación y ponderación de los diagnósti- cos anatomopatológicos debe hacerse por categorías:
Es habitual, por otra parte, la presencia de lesiones que no han dado lugar a ningún tipo de manifestación clínica. Constituyen hallazgos accesorios, en tanto en cuanto no han repercutido en la evolución del paciente ni han modificado la historia natural de su enfermedad, pero muchas veces sí que tienen una extraordinaria importancia desde el punto de vista epidemiológico o patobiológico. ¿Cómo hacer una correlación entre los diagnósticos clínicos y anatomopatológicos, y ponderar las discrep- ancias entre ambos? Una forma sencilla y ágil es utilizar los criterios de Goldman et al. confrontando las diferentes categorías diagnósticas y estableciendo dos tipos de discrep- ancias: discrepancias mayores (englobarían las Clases I y II) y discrepancias menores (englobarían las Clases III y IV).
la supervivencia, incluso con tratamiento correcto.
Tipos de autopsia: Autopsia clínica y autopsia médico legal
Indicaciones de la autopsia clínica
Requisitos para realizar una autopsia clínica
Procedimiento normalizado de trabajo. Autopsia general
Procedimiento normalizado de trabajo. SNC. Estudios especiales
Procedimiento normalizado de trabajo. Banco de tejidos neuropa- tológico
Autopsia fetal y perinatal
Informe anatomopatológico de autopsia
Legislación sobre autopsias. Seguridad y salud laboral en autopsias
Han participado en la elaboración de estos documentos, además de los autores del manuscrito, los siguientes profe- sionales: JM Corral, Servicio Anatomía Patológica, Hospital de Laredo (Cantabria); JR de Miguel, Servicio de Obstetricia y Ginecología, Hospital Valdecilla, Santander; ML Lassalle, Subdirección Médica 061-SUAP, Gerencia de Atención Pri- maria, Servicio Cántabro de Salud; M Martino, Servicio de Anatomía Patológica, Hospital Valdecilla, Santander; S Montes, Servicio de Anatomía Patológica, Hospital Valdecilla, Santander; ME Vega, Adjunta Dirección Médica, Hospital Valdecilla, Santander; P Villa, Servicio de Anatomía Patológ- ica, Hospital Sierrallana, Torrelavega (Cantabria). A todos ellos, nuestro más sincero agradecimiento.