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Apuntes antropología económica.
Tipo: Apuntes
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Escasez y elección
La definición formalista de lo económico es la que, en resumen, hace referencia a la relación entre fines y medios escasos que tienen usos alternativos.
Esta es la famosa definición de Robbins (1994 [1935: 85), básica en la Economía neoclásica: “La Economía es la ciencia que estudia la conducta humana como relación entre fines y medios escasos que tienen usos alternativos”.
L. Robbins
En esta línea, la Economía sería la ciencia que se encargaría de estudiar la mejor forma de asignar los recursos (o medios) para alcanzar unos objetivos (Mochón, 1994: 4). En otros términos, la Economía (la Microeconomía para ser más exactos) se concibe como “ciencia de la elección en situaciones de escasez” (Frank, 2002: 24).
La Antropología Económica formalista (y después los estudios de toma de decisiones en Antropología Económica y Ecológica) seguirá esta concepción, aunque aplicada al estudio de sistemas económicos de los que no se ocupaban los economistas (economías nativas y tradicionales). Este enfoque consistiría en estudiar antropológicamente la economía desde la perspectiva de las elecciones de los actores sociales sobre el uso de medios escasos (así lo hizo Raymond Firth).
La escasez es clave en esta concepción de lo económico , pues sin ella no tendría sentido hablar de Economía como “ciencia de la elección” o definir el “problema económico” como elección en situaciones de escasez. De hecho, los “bienes económicos” se han considerado “bienes escasos” o “bienes limitados”.
La razón de la escasez es sencilla: los medios o recursos con los que se cuenta son limitados y los fines ilimitados. El hombre, se dice, desea, necesita, persigue… más de lo que puede producirse, alcanzarse, obtenerse… con el trabajo, el tiempo, el dinero, los conocimientos, etc., disponibles. Hay, pues, un desequilibrio medios-fines. Como decía Leclair (1976 [1962]: 133): “[…] en todas partes los hombres afrontan el hecho de que sus aspiraciones exceden sus capacidades. Siendo ese el caso, en todas partes deben economizar sus capacidades para realizar sus aspiraciones en la mayor medida posible”.
La base de la escasez, se puede decir, es psicológica (aunque de origen cultural), en el sentido de lo que se desea es más de lo que se puede conseguir con los medios a disposición. Esto es lo mismo que decir que la escasez tiene un componente subjetivo.
Mochón (1994: 25) lo explica claramente: “El problema económico surge porque las necesidades humanas son virtualmente ilimitadas, mientras que los recursos económicos son limitados, y por tanto también los bienes económicos. Esto no es un problema tecnológico, sino de disparidades entre deseos humanos y medios disponibles para satisfacerlos. La escasez es un concepto relativo, en el sentido de que existe un deseo de adquirir una cantidad de bienes y servicios mayor que la disponible”.
Debe quedar claro que en los medios y en los fines se engloban tanto elementos materiales como inmateriales, los que tienen (o pueden tener) precio y no.
Entendido así, lo económico no se refiere a un tipo de comportamiento determinado, sino a un aspecto del comportamiento: el ligado a la elección y a la asignación de medios o recursos escasos. No hay, pues, algo así como un comportamiento económico.
Como señalaba Burling (1976: 113): “El aspecto económico del comportamiento –la elección y la asignación de los medios escasos, incluidos el tiempo y la energía, y no sólo la moneda- está presente en todo este comportamiento. Desde este punto de vista es bastante absurdo hablar de una institución o de un grupo como de naturaleza económica. […] No hay técnicas específicamente económicas ni metas económicas. La económico es únicamente la relación entre fines y medios, la manera en que un individuo manipula sus recursos técnicos para conseguir sus objetivos”.
Firth va en esta misma línea (1976 [1951]: 148) cuando afirma que la mayoría de las relaciones sociales tiene una “faceta económica”. Al elegir u optar en situaciones sociales “se está poniendo en juego una economía de recursos en tiempo y energía. En este sentido, todas las decisiones y relaciones conyugales de la vida diaria (aun las sexuales) encierran un aspecto económico […]”.
Por ello, viene a mantenerse que la Economía no tiene un campo específico de estudio, una materia concreta. El análisis económico puede aplicarse allí donde haya que elegir a qué fin destinar unos recursos escasos.
Como dice Mochón: “La Economía no estudia un área o campo de la actividad humana, sino un aspecto de ésta: el aspecto de toda actividad humana que, en el intento de satisfacer las necesidades materiales, implica la necesidad de elegir” (Mochón, 1994: 4-5).
Como señala Burling (1976: 121), nos hallamos ante una manera de observar la sociedad.
Gary Becker
Un trabajo de esta corriente en castellano
En tal acercamiento se sostiene que cualquier ámbito en el que haya comportamienoto humano (vinculado a la elección) es susceptible del análisis económico y, lo que es aún más importante, comprensible en términos estrictamente económicos.
Para Ierulli et al. (2000: 15-16), en esta línea, “[…] todos los campos de interacción humana son mercados y están sujetos al análisis económico”. Las mercancías, en este sentido, son simplemente todo lo que puede conseguirse (desde un televisor a la amistad de los amigos, pasando por una tarde tranquila en el hogar); los mercados el lugar en el que se intercambian las mercancías (“campos de interacción humana”) y los precios “un compendio de tiempo, dinero y esfuerzo que deben aportar [las personas] para obtener la mercancía”.
Para los antropólogos económicos formalistas esta concepción fue importante porque supuso una ruptura con planteamientos anteriores.
La idea de que el comportamiento económico, entendido como elección en situaciones de escasez, es universal, ofreció una nueva perspectiva para los antropólogos económicos formalistas, que se centran básicamente en el estudio de los procesos de elección (al igual que harán algunos acercamientos en Antropología Ecológica).
Tal perspectiva fue novedosa frente a aquellos acercamientos antropológicos más reticentes a aceptar la relevancia analítica de la elección en el comportamiento de las personas de las sociedades que estudiaban: las “primitivas”. Era corriente, como señala Firth (1974c [1965/1939]: 28, 29), que los antropólogos subrayasen que la elección en estas sociedades se hallaba seriamente limitada por la estructura social, en cuyo interior actúan y funcionan los individuos.
Firth es consciente, como cualquier antropólogo, de que las elecciones, en los sistemas reales, están, de algún modo, condicionadas social o culturalmente. Ahora bien, eso no significa que no haya alternativas. Para Firth, los “primitivos” no son seres prisioneros de la tradición, autómatas que actúan de forma programada por su cultura. Son, al contrario, individuos que toman decisiones, que hacen elecciones (ibíd., 29).
También brillaron por su ausencia las referencias a cuestiones ambientales, lo que tiene que ver con la concepción de lo económico y de la propia naturaleza.
Economía
Religión, Historia, Cultura, Sociedad, Política, Ética…
Con respecto a la concepción de lo económico , debe tenerse en cuenta que los marginalistas vinculaban lo económico a lo apropiable privadamente, a lo valuable (precios de mercado) a lo intercambiable y lo producible por el hombre, lo que, como dicen Cuerdo y Ramos (2000: 96), apenas dejaba espacio para los recursos naturales y, en general, para el medio ambiente.
En cuanto a la concepción de la naturaleza, hay que señalar que la Economía era heredera de la tradición filosófica occidental que la consideraba un ámbito externo que puede ser dominado y explotado para lograr determinados objetivos económicos.