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ANTECEDENTES DE LOS SISTEMAS DE LA PRODUCCION, Apuntes de Productividad y Gestión de Tiempo

CONOCE LOS ANTECEDENTES DE LOS SISTEMAS DE PRODUCCION

Tipo: Apuntes

2022/2023

Subido el 02/07/2023

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TECNOLÓGICO NACIONAL DE MÉXICO
CAMPUS TIZIMÍN
IGE 6°A
“GESTIÓN DE LA PRODUCCIÓN I”
CARLOS ARTURO VICTORIA GRANIEL
ANTECEDENTES HISTÓRICOS DE LA
PRODUCCIÓN”
EQUIPO 1
CANUL PECH ALONDRA ABIGAIL
LLANOS ESCAMILLA FELIPE
ANTONIO
PUC BAAK JESSICA GUADALUPE
TAH MAY JOSÉ EDOARDO
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TECNOLÓGICO NACIONAL DE MÉXICO

CAMPUS TIZIMÍN

IGE 6°A

“GESTIÓN DE LA PRODUCCIÓN I”

CARLOS ARTURO VICTORIA GRANIEL

“ANTECEDENTES HISTÓRICOS DE LA

PRODUCCIÓN”

EQUIPO 1

 CANUL PECH ALONDRA ABIGAIL

 LLANOS ESCAMILLA FELIPE

ANTONIO

 PUC BAAK JESSICA GUADALUPE

 TAH MAY JOSÉ EDOARDO

TIZIMÍN, YUCATÁN, 14 DE MARZO DE

INTRODUCCIÓN

En el siguiente trabajo se podrá encontrar información sobre los sistemas de producción y sus antecedentes, en primer lugar definimos temas de interés como; los sistemas de producción, esta es la manera en que se lleva a cabo la entrada de las materias primas las cuales pueden ser materiales o información, así como el proceso dentro de la empresa para transformar los materiales y con ello obtener un producto terminado para la comercialización a los clientes o consumidores, siempre teniendo en cuenta un control adecuado. El sistema de producción de forma primitiva la cual fue la primera de la que se tuvo conocimiento, en él los hombres semisalvajes luchaban indefensos ante las fuerzas naturales, sus alimentos consistían en frutos, vegetales y raíces, seguida de esta encontrara el sistema de la esclavitud, esta fue considerada la primera forma de explotación del hombre en la historia de la humanidad, ya que el sistema de producción para los ricos eran hechos por otros hombres, en este caso los más pobres, un sistema poco agradable, pero bueno para los de la alta sociedad en su momento, dando así un salto hacía el sistema de la era burgués que fue la que se definió como el espíritu de dichos procesos revolucionarios, y son importantes porque con su triunfo se crearon las nuevas instituciones de la sociedad que resultaron propicias para el desarrollo del modo de producción capitalista en sustitución del orden social y el nuevo modo de producción, también llego el sistema de producción de la revolución industrial esta fue en consecuencia, la sustitución del poder humano por el poder de las máquinas. Se dio un gran giro cuando en 1764 James Watt inventó el motor de vapor, fue la fuente de poder para las máquinas en movimiento, la revolución industrial se aceleró aún más a fines del siglo XVII con el desarrollo del motor de gasolina y de la electricidad. La producción capitalista está destinada al cambio, con esto se da

“ANTECEDENTES HISTÓRICOS DE LA PRODUCCIÓN”

ÉPOCA ANTIGUA

En los primeros siglos, las actividades de trabajo estaban ligadas a la recolección de productos de la naturaleza, lo cual no requería mayor estructuración; sin embargo, frente al crecimiento poblacional y la interacción entre grupos, surge la estructuración de las primeras sociedades. Se expande el consumo de diversos productos ante la creciente demanda que conlleva de manera intrínseca la producción, que en principio se encontraba ligada a la adquisición de productos que cubrían las necesidades básicas emergentes, y posteriormente a productos capaces de facilitar y agilizar las tareas diarias. En el primitivo, los seres humanos estaban organizados en grupos, dedicados a la caza, pesca y recolección. La actividad productiva humana se basaba en la cooperación simple. Para Karl Marx este tipo de asociación cooperativa era una necesidad inexorable (Que no se puede evitar, eludir o detener) debido al desamparo en que se encontraba el individuo aislado en la naturaleza. En este contexto, nacen necesariamente las demarcaciones de las naciones, los intereses de conquista y dominio, lo cual requiere la dirección de estas sociedades por líderes, que en sus inicios se hallaba en las figuras de sacerdotes, reyes y emperadores, quienes caracterizaban y diferenciaban a las distintas sociedades. Las relaciones comerciales inminentes, crecientes y necesarias obligan a la estructuración de la producción y, por tanto, a la adquisición de mano de obra, la misma que va pasando de la esclavitud, luego al proletariado y al feudalismo, hacia las primeras relaciones de trabajo. "El capitalismo mercantil o mercantilismo, que se extendió a partir del siglo XV, generó un profundo cambio en la administración de los negocios. La nueva burguesía del periodo medieval se transformó en familias poderosas de comerciantes y banqueros, cuyas empresas, agrupadas en sociedades anónimas, ocuparon un significativo espacio en el escenario de las actividades económicas" (Amaru, 2009, p. 27).

En este escenario comercial creciente, competitivo, y de ganancias y acumulación de riquezas y capital, se plantea la necesidad de establecer un sistema económico, señalado por los economistas franceses del siglo XVIII, denominados fisiócratas. Posteriormente, surgen los aportes de Adam Smith, quien publicó en 1776 su obra Investigación sobre la naturaleza y causa de la riqueza de las naciones, la cual constituyó el punto de partida de la economía como disciplina científica, y además sentó las bases de la escuela clásica del pensamiento económico. Smith creía que la regulación gubernamental debía ser mínima para el buen funcionamiento de la economía, en tanto que una mano "invisible" se encargaba de regular el mercado. Por tanto, "con Smith, la economía política logra sistematizar el conocimiento de las formas capitalistas de producción y circulación sobre la base del supuesto carácter auténticamente natural y objetivo del propietario privado, del burgués" (Castaño, 2002, p. 97), y pese a que habla de las tres fuentes de todo valor de cambio (salario, beneficio y renta), no es sino hasta inicios del siglo XX, cuando la Revolución industrial se encuentra en pleno auge, que aparece el concepto de trabajo y salario. Durante esta etapa del tiempo se crearon grandes civilizaciones y cabe mencionar que, aunque no se esforzaban en el avance tecnológico, tenían excelentes sistemas de producción los cuales estaban diseñados para mantener la vida del diario, aunque se diseñaron grandes estructuras durante este mismo periodo. Durante la edad media se lograron grandes descubrimientos como lo fue el tornillo y la balanza romana. La perfección de la rueda y los molinos que eran necesarios para el bombeo de agua, esto con el fin de mejorar los procesos de cultivo que se hacían en esa época y mejorar la productividad. ESCLAVISMO El modo de producción esclavista es uno de los modos de producción que Marx definió como estados de la evolución de la historia económica definidos por un

aunque no hay acuerdo entre los historiadores sobre su comienzo y su duración, y esta varía según la región), y en la Europa Oriental durante la Edad Moderna, caracterizado por la descentralización del poder político; al basarse en la difusión del poder desde la cúspide (donde en teoría se encontraban el emperador o los reyes) hacia la base donde el poder local se ejercía de forma efectiva con gran autonomía o independencia por una aristocracia, llamada nobleza, cuyos títulos derivan de gobernadores del imperio carolingio (duques, marqueses, condes) o tenían otro origen (barones, caballeros, etc.). Este término también se utiliza historiográficamente para denominar las formaciones sociales históricas caracterizadas por el modo de producción que el materialismo histórico (la historiografía marxista) denomina feudal. REVOLUCIÓN INDUSTRIAL Esta surge con la necesidad de encontrar nuevas rutas de comercio, la cual tuvo éxito al ser descubierto américa, y Oceanía, la cual les permitió crecer en poder de estas monarquías en ese tiempo, la llegada a américa les causo gran asombro debido a los avances en el campo de las civilizaciones. Ello influyó considerablemente en los sistemas de producción de cada región. Sin embargo, es justo reconocer que los Incas en América, tenían un sistema de producción por terrazas aplicado a la agricultura que evitaban la erosión de los suelos y por analogía los indios Timoto-Cuicas lo aplicaban en los Andes venezolanos. Por otro lado, los sistemas de irrigación agrícola aplicados por los Aztecas en México asombraron a los españoles a su llegada a ese imperio. (García, 2004) Sin embargo, ya a finales del siglo XVIII se inician los grandes cambios y transformaciones, pues en esta época comienzan las primeras industrias con énfasis en la producción masiva de productos nuevos que se abren paso en un mercado monopolizado. Por consiguiente, "la producción material es el proceso que crea los bienes materiales de la sociedad. Estos bienes tienen dos formas fundamentales: objeto de consumo y medios de producción. Como la naturaleza no proporciona todo al hombre, el trabajo -la producción- es la base de la existencia y el desarrollo de la sociedad" (Marx, 2010, pp. 2-3).

1ª Etapa de la Revolución Industrial La Primera Revolución Industrial comenzó en el siglo XVIII mediante el uso de la energía de vapor y la mecanización de la producción. Lo que antes producía cuerdas sobre ruedas giratorias simples, la versión mecanizada lograba ocho veces el volumen en el mismo tiempo. La energía de vapor ya era conocida. Su uso para propósitos industriales fue el mayor descubrimiento para incrementar la productividad humana. En lugar de telares impulsados por músculo, las máquinas de vapor podían generarse para crear energía. Desarrollos como el barco de vapor o (aproximadamente 100 años después) la locomotora a vapor provocó cambios masivos adicionales porque los seres humanos y las mercancías podían moverse a grandes distancias en pocas horas. Las sociedades se van a ir caracterizando en función del proceso de producción y comercialización adoptado. En esta época, las personas eran consideradas máquinas de producción, vistas como objetos, una visión mecanicista frente a los intereses y la creciente ambición de quienes estaban al frente de las industrias. La ambición desmedida de los industriales los va deshumanizando y se transita a la explotación de la mano de obra, por lo cual las relaciones laborales de este siglo se caracterizan por un esclavismo laboral, con jornadas de trabajo de diez, doce y hasta dieciocho horas, a las cuales se llegaba mediante "negociaciones" entre el trabajador y el empresario. No obstante, el obrero siempre se encontraría en desventaja, al someterse a las largas jornadas, altas exigencias y condiciones laborales desfavorables, que atentaban contra su dignidad y salud. Como sostiene Amaru (2009), "Las condiciones laborales en las fábricas de esa época eran rudas. Los trabajadores quedaban enteramente a disposición del industrial. No podían quejarse de los salarios, de los horarios de trabajo, del ruido ni de la suciedad en las fábricas y en sus casas. A los niños se les obligaba a trabajar 14 horas al día". Estos abusos se fueron extendiendo por toda Europa y Estados Unidos; en este último, a fines del siglo XVIII, la jornada laboral se había fijado en dieciocho horas, lo cual en 1971 dio lugar a las primeras protestas de

XVIII, ganó -en parte- mayor protagonismo en la política pues, hasta entonces, usualmente la nobleza ejercía el poder efectivo (Hay excepciones como pueden ser los Médici en Italia). Esto, pese a que muchas familias y personas acaudaladas ya habían logrado influir en los gobernantes.

SOCIALISTA

El socialismo es una corriente filosófica, social y económica que abarca una gama de sistemas socioeconómicos caracterizados por la propiedad social de los medios de producción y autogestión de empresas por parte de los trabajadores. Incluye teorías políticas y los movimientos asociados con tales sistemas. La propiedad social puede ser pública, colectiva o cooperativa. El socialismo implica, por tanto, una planificación y una organización colectiva consciente de la vida social y económica. No obstante, hay varias definiciones de socialismo y no existe una definición única que la englobe a todas, siendo la propiedad social el elemento común compartido por sus diversas formas, cuyo objetivo es sortear las ineficiencias y crisis tradicionalmente asociadas con la acumulación de capital y el sistema de ganancias en el capitalismo. Los sistemas socialistas se dividen en formas no comerciales y de mercados- el socialismo de no mercado implica reemplazar los factores de mercado y el dinero por criterios técnicos y de ingenierías basados en cálculos realizados en especie. Produciendo así un mecanismo económico que funciona con distintas leyes económicas. 2ª Etapa de la Revolución Industrial La Segunda Revolución Industrial comenzó en el siglo XIX mediante el descubrimiento de la electricidad y la producción en línea de ensamble. Henry Ford (1863-1947) tomó la idea de producción en masa de un matadero en Chicago: Los cerdos colgaban de las cintas transportadoras y cada carnicero realizaba solo una parte de la tarea de cortar al animal. Henry Ford trasladó estos principios en la producción automotriz y los modificó drásticamente en el proceso. Mientras antes una estación ensamblaba un automóvil completo, ahora los vehículos eran producidos en etapas parciales en cintas transportadoras

  • significativamente más rápidas y a un menor costo. A principios del siglo XIX, tienen lugar los aportes del economista británico David Ricardo, quien estableció varias teorías basadas en sus estudios sobre la distribución de la riqueza a largo plazo, pues consideraba que el crecimiento

Es entonces que a finales del siglo XIX nace el área de relaciones industriales y posteriormente la administración de los recursos humanos; sin embargo, en un primer momento, no fue concebida como un área promotora del bienestar de los trabajadores, sino como una estrategia más de explotación hacia ellos. En este sentido, Idalberto Chiavenato (2009) precisa el estudio de la administración de recursos humanos en tres etapas: La Era Industrial Clásica; la Era Industrial Neoclásica y la Era del Conocimiento. 3ª Etapa de la Revolución Industrial La Tercera Revolución Industrial comenzó en los años 70s delo siglo XX mediante la automatización parcial usando controles con memoria programable y computadoras. Desde la introducción de estas tecnologías, ahora podemos automatizar un proceso de producción completo sin asistencia humana. La primera de estas etapas tiene lugar inmediatamente después de la Revolución industrial de inicios del siglo XX, extendida hasta mediados de la década de 1950. En esta se enfatizó la industrialización en el mundo entero, sobre todo en los países de primer mundo, que trajo como consecuencia el desarrollo acelerado de algunos países y el establecimiento de una brecha -entre los países industrializados- a aquellos que no lo eran y, por lo tanto, se encontraban en desventaja competitiva, y en un nivel de desarrollo socioeconómico inferior. La característica fundamental de las organizaciones de este periodo, llamadas "industrias", era una gestión tradicional con estructuras piramidales y varios niveles de control, que luego da paso a la departamentalización de las funciones y la centralización en la toma de decisiones en la alta jerarquía, lo cual propicia el desarrollo de la burocracia; aunque en su momento constituyeron los mejores cambios y adaptaciones, con el paso del tiempo trajeron consigo desventajas, tales como procesos lentos, duplicidad de funciones y manejo inadecuado del poder, entre otras.

Por tanto, germinan reglas y normas con énfasis en el control y la disciplina de los empleados, al tratar de homogeneizar su comportamiento y su nivel de producción, en correspondencia a los paradigmas de las propias relaciones sociales de producción de aquella época. Esta forma de dominio laboral predominaba en la mayoría de los países industrializados, sin embargo, cada vez crecían más los movimientos y los partidos políticos que propiciaban la emancipación de los trabajadores y el logro por un trato justo y equilibrado en la repartición del capital y también por mejorar sus condiciones de vida. Parecía que el mundo avanzaba de forma lenta, los cambios eran pausados y había certidumbre de los logros a alcanzar, lo cual llevó a las industrias a ser conservadoras y centrarse hacia el interior para lograr mayores niveles de producción. Este escenario requirió la estandarización, la simplificación de las tareas y la especialización de la mano de obra que permitía mayor producción a menor costo, convertido ya el trabajo laboral en un modelo mecanicista. Las personas aún eran consideradas un recurso más, al igual que las máquinas, los equipos y el capital. Todo aquello, que representaba un interés en los empleados como personas, era considerado una desventaja para el negocio, al dar como resultado una relación de ganancia-pérdida. El manejo del personal en aquella época se denominaba "relaciones industriales", es decir, el trabajador es importante en tanto produce en mayor número y cantidad. A mediados del siglo XIX, los economistas británicos Nassau William Senior y John Stuart Mill, entre otros, consideraban que la teoría clásica no era satisfactoria, principalmente debido a que favorecía los argumentos de los socialistas. Para reemplazarla, crearon una teoría psicológica de la capital basada en una investigación sistemática de los motivos de la moderación o abstinencia. Partieron del supuesto de que la satisfacción causada por el consumo presente es preferible, psicológicamente, a la satisfacción futura, pues defendían que el capital se origina en la privación del consumo frente al deseo de un rendimiento futuro capaz de compensar su actual abstención. Por tanto, si esas personas están

Este acontecimiento constituyó el principio de un cambio de visión en las relaciones laborales y constituyó el origen del llamado "día del trabajador", celebrado en la mayoría de los países alrededor del mundo. A partir de 1960 se inician estudios, dentro de la disciplina de la psicología, sobre la conducta del ser humano y la percepción, que comienzan a abordar aspectos relacionados con las personas al interior de las industrias; en esa época, el término "cultura" se caracterizaba únicamente por los valores tradicionales. Este nuevo escenario y las nuevas demandas obligaron a las empresas a reorganizarse y cuestionar su modelo centralizado y burocrático. Entonces, ya se iniciaba la teoría de las relaciones humanas, y posteriormente se haría presente la teoría conductual, elementos que dan paso a la psicología industrial. Años después se desarrolla la teoría sistémica con un enfoque holístico y multidisciplinar, y la teoría de las contingencias. Todos estos aportes de las ciencias psicológicas influyeron en la teoría administrativa y, por lo tanto, en las relaciones laborales y el rol del trabajador. Poco a poco los cambios se tornaron más acelerados, lo que obligó a las organizaciones a cambiar sus estructuras y hacerlas más funcionales; de estructuras piramidales pasaban a estructuras matriciales, con lo cual se pretendía dinamizar las relaciones entre departamentos y hacer la gestión más operativa. Los cambios suscitados en esta época trajeron consigo, inexorablemente, la innovación, referida en su mayoría a los productos, pues en la gestión y las relaciones laborales aún permanecían los viejos paradigmas de lo tradicional, ya que no resultaba fácil adaptarse a los nuevos cambios del entorno. A finales de esta era, las organizaciones ya habrían marcado la línea de separación frente a un cambio significativo y necesario para mantenerse en el mercado y convertirse en unidades estratégicas de negocios, a través de las cuales tendrían mayor agilidad y se encontrarían más cerca del mercado y del cliente. Para este entonces, las personas cobraban mayor importancia en las organizaciones por el tipo de estrategia adoptada, al darle paso a la administración

de los recursos humanos bajo un enfoque humanista, cuyo fundamento teórico cambió los conceptos de la psicología, que pasó de ser industrial a organizacional, y con ello toda la conceptualización teórica y operativa subyacente. Luego de todos los acontecimientos suscitados hasta el momento, parecería que el capitalismo posee mayores ventajas frente al socialismo. "Se abriría así el espacio para asumir que para toda capacidad existe una oportunidad de la sociedad capitalista y que la suerte que corre cada individuo (y los países, como extensión de lo anterior), está subordinada únicamente al aprovechamiento de las oportunidades [...]" (García, 2007, p. 72). Tiene lugar entonces una discrepancia entre el enfoque capitalista y el socialista -este último, que había logrado imponerse en Rusia, experimenta su caída; y por tanto, "todas las vicisitudes posteriores vividas por la URSS, hasta su derrumbe como Estado socialista multinacional en 1991, afectaron seriamente la producción teórico-experimental de la Economía Política Marxista" (Morales, 2007, p. 2)- y aparentemente se fortalece el sistema capitalista, dominante en la mayoría de las regiones y países a nivel mundial. Sin embargo, lo importante es articular los principios favorables de cada uno de los sistemas sociales de producción, en beneficio de quienes hacen las organizaciones -empresarios y trabajadores-, sin considerar este beneficio mutuo como algo antagónico. Todos los acontecimientos hasta aquí expuestos, en los cuales se puede vislumbrar un cambio de pensamiento y de paradigmas, constituye el preámbulo a la Era del Conocimiento, la cual comienza a inicios de la década de 1990 hasta la actualidad. Aquí, la premisa principal es el cambio simultáneo en todas las esferas y en todos los escenarios: el conocimiento, la ciencia, la política, la economía, la comunicación y la tecnología. Muchos la llaman análogamente la Era de la Comunicación, debido al avance vertiginoso de los medios de información; por ello, acertadamente Schein (2010) aplica el término "aldea global", pues esta

responsabilidad de los administradores hoy día reside en alcanzar que ese conocimiento sea útil y productivo, al poner énfasis además en el bienestar del talento humano. Varios países han abierto ya sus fronteras, como en el caso de Cuba y varios de los países asiáticos y del Medio Oriente, a partir de 1990. Este resulta un claro ejemplo de cómo los monopolios, privados o estatales, no permiten un desarrollo de las organizaciones y tampoco de quienes las conforman. El proceso de adaptación de la economía cubana al nuevo entorno internacional iniciado en la década de los años 90 expresa el reconocimiento de la imposibilidad de mantener el modelo de funcionamiento de la economía socialista cubana vigente hasta entonces, así como la convicción de que, a pesar de los conflictos y peligros que supone, el mercado (interno y externo) ejercerá inevitable y necesariamente en lo adelante una influencia mayor en la reproducción social que la asumida con anterioridad (García, 2007, p. 61) En la era del conocimiento, el empleo empezó a migrar del sector industrial al sector de los servicios y el trabajo manual se sustituyó por el trabajo mental; este hecho señala el camino hacia una era de pos-industrialización sustentada en el conocimiento y en el sector terciario. Kiernan (citado por Chiavenato, 2009) señala que las organizaciones entraron en un periodo de permanente volatilidad y turbulencia, debido al efecto de las siguientes tendencias globales extremas:  La influencia de las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC), que reciben el nombre de revolución digital, revolución de multimedia o supercarretera de la información, eliminan fronteras políticas y organizacionales.  La globalización de los mercados, la competencia, las asociaciones, el capital financiero y la innovación administrativa traen una nueva visión cosmopolita del mercado global.  La sustitución de una economía sustentada en la manufactura y la exploración de recursos naturales por una economía basada en el valor del

conocimiento, la información y la innovación. La diferenciación de la verdadera economía global de la economía "virtual" en las transacciones mundiales y en los instrumentos financieros sintéticos.  El nuevo equilibrio geopolítico que se deriva del nuevo orden económico mundial: la hegemonía de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) llega a su fin, mientras que en el sudeste de Asia parece apenas comenzar.  La gradual incapacidad de los gobiernos nacionales para controlar sus propios destinos político-económicos.  La convergencia sectorial e industrial; es decir, el creciente "tercer sector", formado por la sociedad civil y la amplia variedad de ciudadanos, con base en la cooperación y en las fusiones, dificulta la posibilidad de distinguir al sector público del privado.  El surgimiento de formas inéditas de organización empresarial dentro y entre empresas, con equipos interdisciplinarios no jerárquicos; la proliferación de alianzas estratégicas; las organizaciones virtuales y la enorme competencia entre alianzas rivales de industrias, como la automotriz, la aeroespacial y la de chips de computadoras.  La sustitución del "centro de gravedad" económico del mundo empresarial; es decir, de empresas multinacionales de gran tamaño a empresas más pequeñas, ágiles y emprendedoras.  El tamaño y la masa corporativa dejan de ser una ventaja competitiva y se convierten en una desventaja.  El aumento geométrico de la importancia comercial, política y social del ambiente y la creciente preocupación ecológica. Esta deja por sentado que las naciones, frente a los nuevos escenarios vislumbrados, deberán estar dispuestas a ser flexibles en los sistemas de producción de sus economías, al priorizar el capital humano.