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Una descripción detallada de la anatomía y fisiología de los músculos del cuello, la cara y la lengua, incluyendo información sobre el anillo de waldeyer y su función en el sistema inmunológico. Se explora la estructura y función de los músculos, así como su importancia en la respiración, la deglución, la masticación, la expresión facial y el habla. Además, se abordan las causas y tratamientos para el bruxismo, la disfunción temporomandibular y la deglución atípica.
Tipo: Esquemas y mapas conceptuales
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Palacios Hernández Nidia G. Los músculos del cuello no solo facilitan la movilidad, sino que también desempeñan un papel crucial en mantener la estabilidad y soporte de la cabeza, permitiendo movimientos, desde la inclinación y rotación hasta la flexión lateral. La lengua, un órgano muscular o situado en la cavidad oral, es una pieza fundamental en la masticación, deglución y articulación del habla. Su capacidad para manipular los alimentos y articular sonidos es esencial para la comunicación y la percepción del gusto. Y los músculos faciales son la clave de nuestras expresiones emocionales y comunicativas. Desde la sonrisa hasta el fruncir el ceño, estos músculos nos permiten transmitir una amplia gama de emociones y comunicarnos de manera efectiva con los demás. Además, desempeñan un papel crucial en la masticación de alimentos y en la articulación precisa de palabras durante el habla. MÚSCULLOS DEL CUELLO. Músculos superficiales del cuello: Platisma: Se extiende desde la mandíbula hasta el pecho y los hombros, ayudando en la expresión facial y el movimiento del cuello. Músculos anteriores del cuello: Esternocleidomastoideo (ECM): Es el músculo más prominente del cuello, se origina en el esternón y la clavícula y se inserta en la mastoides del cráneo. Actúa en la flexión, rotación y extensión del cuello. Escalenos: Compuestos por el músculo escaleno anterior, medio y posterior, estos músculos están ubicados en los lados del cuello y ayudan en la flexión lateral del cuello, así como en la elevación de las costillas durante la respiración. Músculos laterales y posteriores del cuello: Longísimo del cuello y esplénio de la cabeza: Estos músculos se encuentran en la parte posterior del cuello y ayudan en la extensión y rotación de la cabeza.
Recto anterior del cuello: Situado en la parte anterior del cuello, ayuda en la flexión del cuello. Músculos profundos del cuello: Músculos suboccipitales : Incluyen el recto mayor de la cabeza, el recto menor de la cabeza, el oblicuo mayor de la cabeza y el oblicuo menor de la cabeza. Estos músculos se encuentran en la parte posterior del cuello, cerca de la base del cráneo, y están involucrados en la estabilidad y el movimiento de la cabeza. Músculos del suelo del cuello: Músculos suprahioides: Incluyen el digástrico, el milohioideo, el genihioideo y el estilohioideo. Estos músculos se encuentran por encima del hueso hioides y están involucrados en la elevación del hueso hioides y la lengua durante la deglución y el habla. Músculos infrahioides: Incluyen el esternotiroideo, el esternohioideo, el omohioideo y el tirohioideo. Se encuentran por debajo del hueso hioides y ayudan en la deglución y el habla, además de estabilizar el hueso hioides y la laringe durante la fonación. MÚSCULOS FACIALES Músculo frontal (occipitofrontal): Origen: Aponeurosis epicraneal (fascia) en la parte superior del cráneo. Inserción: Piel de la frente. Función: Eleva las cejas y arruga la frente, ayuda en la expresión facial. Músculo corrugador del supercilio: Origen: Arco superciliar de la órbita ocular. Inserción: Piel de la ceja y región nasal. Función: Arruga la frente y ayuda en la expresión de preocupación o enfado. Músculo orbicular de los ojos:
Inserción: Piel de la comisura labial. Función: Baja la comisura labial, contribuyendo a expresiones de tristeza o descontento. Músculo depresor del labio inferior: Origen: Mandíbula. Inserción: Piel del labio inferior. Función: Baja el labio inferior, contribuyendo a expresiones de tristeza o descontento. Músculo masetero: Origen: Arco cigomático y proceso cigomático del hueso temporal. Inserción: Rama mandibular. Función: Principal músculo de la masticación, eleva la mandíbula para cerrar la boca. Músculo temporal: Origen: Fosa temporal en el cráneo. Inserción: Apófisis coronoides de la mandíbula. Función: Principal músculo de la masticación, eleva y retrae la mandíbula. Músculo pterigoideo lateral: Origen: Ala del esfenoides. Inserción: Cóndilo mandibular. Función: Músculo de la masticación, protruye y lateraliza la mandíbula. MÚSCULOS DE LA LENGUA
Músculo longitudinal superior de la lengua : Este músculo se extiende a lo largo de la parte superior de la lengua y se encarga de la elevación y acortamiento de esta. Músculo longitudinal inferior de la lengua: Se encuentra en la parte inferior de la lengua y es responsable de la depresión y acortamiento de esta. Músculo transverso de la lengua : Se sitúa en la parte media de la lengua y su contracción produce el estrechamiento de esta. Músculos verticales de la lengua : Son pequeños músculos dispuestos verticalmente en la lengua y ayudan a aplanarla y ensancharla.
hasta los 5 años, momento en que comienza su involución. Recibe suministro vascular de la arteria faríngea ascendente, y su drenaje venoso llega al plexo parafaríngeo y, finalmente, a las venas yugular interna y facial. Los linfáticos eferentes se conectan con el espacio retrofaríngeo y faringomaxilar, mientras que la inervación proviene del plexo parafaríngeo. Además, existen las amígdalas lingual y tubárica, ubicadas en la base de la lengua y la submucosa del orificio faríngeo de la trompa de Eustaquio, respectivamente. La amígdala lingual recibe aportes de la arteria lingual, faríngea ascendente y facial, mientras que la amígdala tubárica está compuesta por tejido linfoide que se considera una prolongación de los nódulos linfoides de la amígdala faríngea. Su drenaje linfático se dirige al ganglio yugulodigástrico y al yuguloomohioideo, y ambas amígdalas están inervadas por el nervio glosofaríngeo. MORFOHISTOLOGÍA Y FUNCIÓN El anillo de Waldeyer, debido a su composición linfoide, desempeña un papel crucial en el sistema inmunitario, recolectando información sobre partículas extrañas que ingresan al organismo a través de la vía aérea o digestiva. Las amígdalas faríngea y palatina son elementos clave en este proceso, ya que permiten el análisis específico de partículas presentes en el moco nasal y en el bolo alimenticio, respectivamente. Las funciones principales del anillo linfático de Waldeyer incluyen: Actuar como una zona de contacto directo con antígenos del medio ambiente y agentes patógenos. Diferenciar linfocitos T y B en células inmunocompetentes en respuesta a estímulos antigénicos. Producir anticuerpos por parte de las células plasmáticas. Emitir linfocitos inmunoactivos al torrente circulatorio para informar sobre la situación antigénica, en lo que se conoce como defensa silenciosa. Emitir linfocitos con inmunidad activada hacia la cavidad oral-digestiva para establecer una simbiosis linfoepitelial.
La unidad funcional de la amígdala, denominada "criptolinfona" por Fioretti, está compuesta por un folículo linfoide primario y secundario, siendo este último el más activo biológicamente. El folículo linfoide secundario está formado por un centro germinal y un manto linfoideo, con células T y B maduras distribuidas en diferentes áreas. Las células dendríticas foliculares desempeñan un papel crucial al presentar el antígeno a las células B. El proceso inmunológico comienza con la captación y presentación del antígeno por parte de células como las células M y las células dendríticas. Luego, se produce la transformación del antígeno en una sustancia reconocible y la producción de elementos con capacidad inmunocompetente, desencadenando así una respuesta inmune efectiva contra los agentes invasores. FISIOLOGÍA El anillo linfático de Waldeyer juega un papel crucial como primera línea de defensa inmunológica del organismo, produciendo y secretando inmunoglobulinas, especialmente IgM e IgA, para proteger la mucosa del tracto aerodigestivo contra agresiones externas. La unión de estas inmunoglobulinas a la cadena J es esencial para su eficacia, ya que permite su unión a receptores celulares. Cuando el antígeno entra en contacto con este anillo, se desencadenan una serie de eventos, incluida la expansión clonal de células B, la selección de células con alta afinidad antigénica, la diferenciación en células inmunocompetentes y la generación de células de memoria. Estos componentes pueden diseminarse a otros sitios del cuerpo a través del torrente sanguíneo o linfático. En resumen, el sistema inmunológico secretor controlado por el anillo linfático de Waldeyer estimula la producción de anticuerpos y células de memoria, refuerza la barrera mucosa y bloquea la colonización bacteriana. Esta función defensiva se amplifica con la participación de todo el sistema inmune y métodos sistémicos de defensa inespecífica. Las infecciones bacterianas amigdalares estimulan la actividad inmunocompetente, desencadenando una respuesta sistémica en el organismo PATOLOGÍA
El tratamiento para el bruxismo, la disfunción temporomandibular (DTM) y la deglución atípica (lengua y labios) puede variar según la causa subyacente y la gravedad de los síntomas. Bruxismo: Protectores bucales o férulas oclusales : Estas son piezas de plástico que se colocan sobre los dientes para protegerlos del desgaste causado por el rechinamiento nocturno. Terapia de relajación y manejo del estrés: El estrés es un factor desencadenante común del bruxismo, por lo que técnicas de relajación como la meditación, el yoga o la terapia cognitivo- conductual pueden ayudar a reducir los síntomas. Fisioterapia: Masajes, estiramientos y ejercicios específicos pueden ayudar a relajar los músculos mandibulares y reducir la tensión asociada al bruxismo. Los ejercicios para relajar la mandíbula que presentamos aquí, como profesionales del sector, son recursos útiles con los que lograrás relajar la mandíbula, aliviar el dolor y mejorar tu salud bucal. Toma nota de estas prácticas. Ejercicios faciales Pueden ayudar a relajar los músculos faciales. Comienza llevando a cabo suaves movimientos de los labios, como sonreír y fruncir el ceño. Después, abre y cierra la boca lentamente, asegurándote de que los dientes no están en contacto durante el movimiento. Ejercicios linguales Los ejercicios para fortalecer la lengua pueden coadyuvar a mejorar la postura de la mandíbula. Procura presionar la lengua contra el paladar superior y luego relaja. Repite este movimiento varias veces. Masaje de la musculatura Masajear con suavidad los músculos de la mandíbula y el cuello puede rebajar la tensión. Utiliza los dedos para abarcar la zona alrededor de la mandíbula, aplicando una ligera presión. Automasaje de la mandíbula y musculatura de la masticación
Coloca tus pulgares en la parte inferior de la mandíbula y masajea hacia arriba y hacia abajo. Te ayudará a distender los músculos masticatorios. Tirón de orejas Consiste en tirar suavemente de las orejas hacia los lados mientras mantienes la boca cerrada. Comprobarás que remite la tensión de la mandíbula. Ejercicios de movilización y relajación de la articulación Realiza movimientos suaves de apertura y cierre de la boca para mejorar la movilidad de la articulación temporomandibular. Cerciórate de no forzar los movimientos y de practicarlo con calma. Relajar la mandíbula Coloca la lengua en el paladar superior y abre la boca lentamente. Relajarás los músculos de la mandíbula. Ejercicios para los pterigoideos Si incorporas movimientos de apertura y cierre de la boca en tu rutina, mitigarás la tensión en esta área. Ejercicio para descomprimir la articulación temporomandibular Coloca tus dedos en la zona donde la mandíbula se encuentra con el cráneo y realiza movimientos circulares para liberar la tensión en la articulación. Estiramiento del músculo esternocleidomastoideo Gira la cabeza hacia un lado y válete de tu mano para ejercer una ligera presión en la parte superior de este músculo, localizado en el cuello. Disfunción Temporomandibular (DTM): Terapia con férulas oclusales: Al igual que en el bruxismo, las férulas oclusales pueden ayudar a aliviar la presión sobre la articulación temporomandibular (ATM) y los músculos masticatorios. Ejercicios mandibulares : Los ejercicios de estiramiento y fortalecimiento pueden ayudar a mejorar la movilidad de la mandíbula y reducir el dolor asociado a la DTM. Medicamentos: Los analgésicos, relajantes musculares y antiinflamatorios pueden utilizarse para aliviar el dolor y la inflamación asociados con la DTM.