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Este documento explora la formación cultural y la vida de simón bolívar, el libertador de venezuela, desde su infancia hasta su lucha por la independencia. Se destaca la influencia de sus maestros, sus viajes, y su compromiso con la libertad de américa latina. El documento también analiza el legado de bolívar y su impacto en la historia de venezuela y américa latina.
Tipo: Resúmenes
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Autor: Gabriel Rafael Arturo Pérez Coronel 30.925. gabrielperez030205@gmail.com Docente: Dr. Pedro Bolívar Valencia 21 de octubre del 2024
El Libertador, La formación cultural de Simón Bolívar surge de una serie de circunstancias favorables: su crecimiento en una provincia colonial dependiente de España y llena de desigualdades, y el hecho de haber vivido en una época estremecida, caracterizada por cambios en los órdenes político, social, económico, cultural e ideológico. La formación de la personalidad cultural del Libertador fueron los maestros que eran sus amigos, los viajes y las lecturas tales como “derechos del hombre y del ciudadano”. Simón Bolívar nació en la ciudad de Caracas el 24 de julio de 1783 descendiente de una familia de origen vasco que se hallaba establecida en Venezuela desde fines del siglo XVI. Sus padres fueron el coronel Juan Vicente Bolívar y Ponte, y Concepción Palacios Blanco. Pocos días después de su nacimiento, su familia tomó una decisión que lo marcaría. Su madre tenía problemas de salud y mandaron traer para que lo amamantara a una joven esclava que en esos días también había sido madre, esta era Hipólita. Hipólita fue uno de los pilares principales que sostiene el escenario de los primeros años de Bolívar. Antes de cumplir tres años, Simón perdió a su padre. La educación de los niños corrió a cargo de la madre, En su ciudad natal transcurrieron sus primeros años, con ocasionales viajes a las haciendas que la familia poseía en los Valles de Aragua. En 1792 falleció doña Concepción. María Antonia y Juana, hermanas de Simón contrajeron matrimonio bien pronto, y los dos varones de la familia, Juan Vicente y Simón, siguieron viviendo con el abuelo materno, don Feliciano Palacios, este era el tutor de ambos. Al morir el abuelo, Simón quedó al cuidado de su tío y tutor Carlos Palacios. Cuando cumplía 12 años, sufrió una crisis de la primera adolescencia: huyó del lado de su tío, para acogerse a la casa de su hermana María Antonia y de su marido, hacia quienes sentía mayor afecto. Como consecuencia de los hechos, Simón Bolívar pasó algunos meses como interno en la casa de don Simón Rodríguez. Entre aquel genial mentor y maestro, y el niño Simón se formó un lazo de comprensión y simpatía que duraría tanto como sus vidas. Antes y después de ser su alumno, tuvo Bolívar otros maestros en Caracas, entre los cuales se cita a Carrasco y a Vides, a fray Jesús Nazareno Zidardia, al Presbítero José Antonio Negrete, y a Guillermo Pelgrón, preceptor de latinidad. Recibió también lecciones particulares de Historia y de Geografía que le dio don Andrés Bello.
Llega el 19 de abril de 1810. La Junta establecida ese día nombra a Bolívar, en compañía de Luis López Méndez y de Andrés Bello, comisionado ante el Gobierno Británico. Bolívar se incorpora al Ejército, y con el grado de coronel contribuye en 1811, bajo las órdenes de Miranda, al sometimiento de Valencia. En 1812, a pesar de grandes esfuerzos, no logra evitar que la plaza de Puerto Cabello, de la cual era comandante, caiga en poder de las fuerzas realistas por una traición. A mediados de 1812, el General Miranda capitula ante el jefe español Domingo de Monteverde. En el puerto de La Guaira un grupo de oficiales jóvenes, entre los cuales figura Bolívar, deseosos de continuar la lucha, arrestan al infortunado Precursor. Pero todos los esfuerzos son inútiles. Bolívar logra salvarse gracias a la lealtad de un amigo suyo, Francisco Iturbe, quien obtiene un pasaporte para él. Se traslada a Curazao, y luego a Cartagena de Indias y buscó ayuda de la Nueva Granada para recuperar su país. El 14 de mayo de 1813 dirigió la Campaña Admirable, que inicio en San José de Cúcuta, en Colombia, para combatir las fuerzas enemigas para llegar el 6 de agosto del mismo año hasta Caracas, Venezuela. Su desempeño fue admirable a tal grado que fue proclamado como El Libertador. A partir de ese momento, lideró el destino de su país en la Segunda República de Venezuela (1813-1814), hasta la violenta reconquista española. Nuevamente, Bolívar se dirigió a la Nueva Granada en busca de apoyo. Desde ese lugar comandó y lideró un ejército para unificar las provincias de Santa Fe y Tunja para someter a las fuerzas realistas en Santa Marta, Colombia, pero fue derrotado en Cartagena por sus rivales, por lo cual huyó a Jamaica. Durante su estancia en Jamaica, Bolívar publicó el 6 de septiembre de 1815 la Carta de Jamaica. El 15 de febrero de 1819, durante el Congreso de Angostura, enunció El Discurso de Angostura, uno de sus escritos más destacables que elaboró durante su vida. Después Bolívar continuó con sus batallas a favor de la libertad. El 7 de agosto de 1819 cruzó la cordillera de los Andes y venció a las tropas españolas en la batalla de Boyacá. Consiguió la independencia de la región de Nueva Granada, en específico del territorio actual de Colombia. Dos años después, el 24 de junio de 1821, tras una tregua aseguró la independencia de Venezuela al derrotar a los españoles en la batalla de Carabobo, una de las grandes esperanzas de Bolívar fue la gran confederación de todas las antiguas colonias españolas de América, cuya inspiración era el modelo de los Estados Unidos.
Bolívar convocó en 1826 al Congreso de Panamá, para organizar una confederación de naciones americanas que debían apoyarse de manera mutua y cooperar como socios para un bien común. Sin embargo, no logró su misión, y quizás de esa situación enunciara su frase: ‘‘He arado en el mar y sembrado en el viento’’. La oración nos cuenta el sueño bolivariano de una gran nación americana, pero que observo como su anhelo se incumpliría por las diferencias entre las naciones involucradas. Nuestro libertador dejó un legado que hoy conocemos como pensamiento bolivariano, este se sustenta en seis elementos fundamentales que son: la Libertad, la Igualdad, la Justicia, la Moral, la Educación y la Integración Latino americana, la cual eran constantes en el pensamiento de Bolívar. Este legado llega hasta Chávez quien encabezó un proceso social que reivindica su propia tradición anticolonial al renovar el pensamiento de Simón Bolívar: la lucha por la independencia, la lucha por la unidad de la nación latinoamericana y la lucha por la justicia social. Chávez fortalece el proyecto revolucionario venezolano, en cuyas raíces estaba la premisa bolivariana de la independencia. Él encabeza un proceso político que recobró su identidad propia y la revalorizó, que se apoderó de sus amplios recursos para demostrar que sí es posible construir otra sociedad donde los aspectos básicos de la vida humana no sean tratados necesariamente como mercancía.