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Una serie de casos clínicos que ilustran diferentes alteraciones fisiológicas del esófago en animales, incluyendo esofagitis eosinofílica, obstrucción esofágica, megaesófago y hernia de hiato. Se describen los síntomas, el diagnóstico y el tratamiento de cada condición, proporcionando información valiosa para estudiantes de veterinaria y profesionales del área.
Tipo: Guías, Proyectos, Investigaciones
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Caso de alteración fisiológica de estenosis esofágica en perro Un perro de 3 años, macho, raza Pomerania, 2 Kg. de peso, es remitido al veterinario porque presenta disfagia severa, no tolera comer ni beber. Está desparasitado, vacunado, vive en jardín, sin más animales, y como dieta habitual come pienso comercial y comida casera. Como historia clínica, ha tenido una obstrucción urinaria, la cual se resuelve con anestesia, sondaje y fluidoterapia. Transcurridas seis horas después de la anestesia, tiene un episodio de vómitos persistentes de sangre ocre en grandes cantidades. Como las características del vómito no coinciden con lo que se esperaría de un vómito por anestesia, ya que es muy repetitivo y con presencia de sangre desde un principio, se decide contactar con los dueños para preguntarles si había podido ingerir alguna sustancia no habitual. Los propietarios del animal comentan que esa misma mañana había aparecido una botella de fertilizante mordida. El fertilizante es un álcali. Tres días más tarde de la posible ingestión del fertilizante presenta disfagia, por lo que no tolera comer ni beber, y se estabiliza con sucralfato, ranitidina y amoxicilina-ácido clavulánico. El cuadro clínico presenta síntomas de disfagia, como regurgitación en fases iniciales, nerviosismo al intentar deglutir e hiperextensión del cuello. La radiografía torácica simple y la esofagografía torácica de contraste no muestran alteraciones evidentes. Se realiza esofagoscopia y se visualiza la mucosa, que presenta lesiones de grado grave ha avanzado, con áreas en mosaico, zonas congestivas y zonas edematosas irregulares, siendo estos hallazgos típicos de procesos inflamatorios graves. Se continúa con la exploración endoscópica y en el tramo distal del esófago el endoscopio ya no puede seguir avanzando con facilidad, lo que se debe a que esta zona presenta una estenosis, siendo éste el diagnóstico definitivo. Como terapéutica para resolver la estenosis, durante la misma exploración endoscópica, se llevan a cabo dos sesiones de dilatación con balón de 8 mm, de un minuto de duración cada sesión, y con una pausa entre ambas de aproximadamente dos minutos. Al terminar, se inicia terapia para tratar la inflamación esofágica, la cual consta de sonda nasogástrica para alimentación, dieta Royal Canin Convalescence y Hills a/d, inhibidores de la bomba de protones como pantoprazol y omeprazol, protector de la mucosa como sucralfato, y antibioterapia como cefalotina. Además, se le administran corticoides a dosis antiinflamatorias. El paciente presenta una mejoría significativa, seis semanas más tarde se le retira la medicación, y sigue una dieta blanda y fraccionada, sin signos clínicos. Caso de alteración fisiológica de esofagitis eosinofílica en gato Un gatito macho de 4 meses de edad fue presentado por regurgitación crónica y falta de crecimiento después del destete a comida seca. Se encontraron dilatación esofágica y lesiones proliferativas difusas graves de la mucosa esofágica mediante radiografía y esofagoscopia, respectivamente. El examen histopatológico reveló esofagitis eosinofílica y mastocítica crónica, difusa e hiperplásica grave. Los infiltrados eosinofílicos fueron prominentes, con una media de 29,8 eosinófilos por campo de gran aumento, lo que apoya la esofagitis eosinofílica (EoE). Se observó una mejoría clínica significativa con la modificación de la dieta utilizando una dieta hidrolizada. La adición de glucocorticoides no resultó en una mejoría adicional de los signos clínicos. La histopatología repetida mostró una resolución cercana de la infiltración eosinofílica. La EoE es una afección poco común y rara vez se informa en perros y gatos. El diagnóstico implica la confirmación histopatológica y la exclusión de otras causas de infiltración eosinofílica dentro del esófago. La esofagitis eosinofílica es una afección inflamatoria alérgica del esófago que involucra a los eosinófilos, un tipo de glóbulo blanco. En individuos sanos, el esófago suele estar desprovisto de eosinófilos. En la EEo, los eosinófilos migran al esófago en grandes cantidades. Caso de alteración fisiológica de Obstrucción esofágica en bovino
La obstrucción del esófago es bastante frecuente en el ganado vacuno debido a objetos extraños o masas de forraje. Existen dos tipos de obstrucción: parcial y completa. En la obstrucción parcial del esófago en bovinos se produce una obstrucción de las partes torácica y cervical del esófago. La obstrucción completa del esófago en el ganado vacuno se produce al alimentarlo con trozos de col, mazorcas de maíz, raíces sin triturar y tubérculos como zanahorias, patatas grandes y remolachas. También pueden penetrar en el esófago clavos, trozos de alambre y otros objetos que los animales ingieren accidentalmente con la comida. Síntomas: El animal puede mostrarse hambriento e irritable. En el lugar donde está atascado el cuerpo extraño, se producen espasmos de las paredes del esófago, hay un cierre parcial o completo del esófago. Cabe señalar que la contracción espástica es más fuerte en la parte cervical del esófago que en la torácica. Una obstrucción demasiado prolongada provoca inflamación del esófago e hinchazón. Es frecuente que el animal extienda la cabeza y babee cuando se produce este fenómeno. Tratamiento: Si se produce una obstrucción completa del esófago en el ganado vacuno, es necesario inyectar al animal por vía subcutánea con atropina o aminazina, de 100 a 150 ml de vaselina tibia o aceite vegetal en el esófago. Un objeto alojado en el esófago cervical puede empujarse con la mano hasta la cavidad faríngea. Un objeto extraño atascado en la región torácica se empuja con una sonda. A veces puede salir una raíz o tubérculo grande tirando de la lengua del animal, lo que provoca un eructo capaz de expulsarlo. Caso de alteración fisiológica de Obstrucción esofágica en equino El animal con obstrucción esofágica muestra una actitud ansiosa y desesperada, estira el cuello dando la sensación, equívoca, de estar ahogándose, presenta una marcada sialorrea, regurgitación con reflujo nasal exteriorizando por fosas nasales restos de alimento, saliva y agua de aspecto espumoso, es frecuente que presente tos, marcada disfagia, esfuerzos por vomitar y signos de dolor, semejante a lo que podría ser odinofagia. Esta patología debiera considerarse una urgencia clínica, por el alto riesgo de producir neumonía a cuerpo extraño al permitir que el reflujo esofágico entre en la vía respiratoria, como también el hecho de que el cuerpo extraño a nivel de esófago puede producir daño que puede ir desde una simple inflamación de la mucosa esofágica hasta necrosis de ésta, lo que puede ocasionar como secuela una futura estenosis cicatricial sin considerar además el alto riesgo de que se produzca ruptura. En caso de existir, ésta se evidencia por mayor compromiso sistémico, calor, dolor y gran sensibilidad al tacto, además de enfisema subcutáneo. Es útil realizar una endoscopía con el objeto de visualizar el cuerpo extraño en esófago, en el diagnóstico también se debiera palpar el surco yugular con el objeto de detectar la masa oclusiva, si se detecta crepitación o celulitis puede ser indicativo de ruptura de esófago, lo cual complica el pronóstico del cuadro. Además, se debe usar sonda naso gástrica, la cual debe ser manipulada cuidadosamente con el sólo objetivo de verificar que el tránsito está obstruido, pero no con el propósito de mediante fuerza exagerada empujar el cuerpo extraño, ya que al hacerlo se corre un alto riesgo de producir la ruptura
normales para la especie. Posteriormente se tomó un esófagograma con sulfato de Bario. El análisis radiológico mostró un esófago francamente distendido en sus porciones cervical y torácica. Las manifestaciones clínicas y los resultados de la radiografía indicaron que este cachorro padecía de MCI. Después del diagnóstico se recomendó la alimentación del cachorro colocándolo en posición vertical para aprovechar la fuerza de gravedad en el progreso de la ingesta hasta el estómago y administrando una papilla nutritiva en poca cantidad varias veces al día. Dos meses más tarde el animal fue revalorado clínicamente, observándose en esta ocasión una mejor apariencia corporal, disminución de la dilatación esofágica y ausencia de regurgitación. Caso de alteración fisiológica de Megaesófago en equino Un macho entero de raza frisona de 5 años fue referido al HCV con diagnóstico de obstrucción esofágica distal y posible neumonía por aspiración. En la recepción mostraba secreción nasal bilateral mucopurulenta con material alimenticio, taquicardia/taquipnea moderada y un grado de deshidratación del 6 %. En la auscultación pulmonar forzada se detectaron crepitaciones craneoventrales en el hemitórax derecho. El esófago parecía presentar una obstrucción a nivel distal, aunque no hubo dificultades para desobstruirlo mediante sondaje nasogástrico. La ecografía torácica reveló la existencia de efusión pleural anecoica y zonas de consolidación pulmonar en ambos hemitórax. El líquido pleural era un exudado (4g/dl de PT y 34.700 cells/microl) de aspecto amarillento, que presentaba neutrófilos ligeramente degenerados, leucofagocitosis y sin presencia de bacterias. Su cultivo fue negativo. En base a las pruebas realizadas se diagnosticó una obstrucción esofágica con sospecha de pleuroneumonía secundaria. El tratamiento inicial consistió en fluidoterapia intravenosa con soluciones poliiónicas isotónicas, antibioterápia sistémica de amplio espectro (penicilina sódica, gentamicina, metronidazol), antiinflamatorios no esteroideos (flunixin meglumine) y drenaje pleural. Se observó una mejoría inicial por lo que se comenzó a reintroducir una dieta blanda a base de papillas. Durante la hospitalización se podía observar ocasionalmente a lo largo del surco yugular una regurgitación del bolo alimenticio, sin dar aparentemente problemas. Al aumentar la consistencia de la dieta, el animal presentó un nuevo episodio de obstrucción esofágica. Se decidió realizar una endoscopia esofágica, que permitió identificar un megaesófago de 40 cm de longitud, en el tercio medio del esófago, seguido de un extenso divertículo esofágico, que se hallaba justo antes de llegar al estómago. Esta cavidad presentaba una superficie rugosa y trabeculada, que acumulaba restos alimentarios e impedía el paso fácil de contenido al estómago. Se apreció también la presencia de reflujo gastroesofágico. La evolución del caballo fue intermitente, y tras 20 días de hospitalización y diversos tratamientos antibióticos, el animal sufrió un empeoramiento severo con fiebre y taquicardia/taquipneas marcadas. La ecografía torácica reveló un gran acumulo de líquido hiperecoico con partículas en suspensión en el espacio pleural izquierdo. El mal pronóstico del problema respiratorio, propició la eutanasia humanitaria del animal. En el examen post mortem, se observó una perforación en la pared esofágica a nivel del divertículo, lo que había permitido el paso de material alimenticio al interior de la cavidad pleural izquierda. Esta última aparecía severamente inflamada y su pulmón se encontraba atelectásico y consolidado, aunque no se hallaron evidencias de neumonía bacteriana. El divertículo presentaba adherencias en la zona dorsal de los pulmones. La mucosa esofágica a este nivel estaba reemplazada por una capa rugosa de naturaleza fibrosa, la submucosa presentaba una inflamación granulomatosa severa y la capa muscular estaba hipertrofiada. Se concluyó que el esófago había sufrido un daño progresivo, originando una pleuritis inicialmente aséptica y finalmente séptica por ruptura de este. Caso de divertículo esofágico en pastor alemán Anamnesis: Canino macho, raza pastor alemán de 10 meses de edad con historia de vómito y diarrea con una evolución de dos días. Los propietarios reportaron que antes de presentar el actual cuadro clínico el perro aparentemente vomitaba con frecuencia y que mantenía una condición corporal baja a pesar de un buen apetito; sin embargo, nunca habían consultado por este motivo. No se detectaron otros
antecedentes importantes y los planes de vacunación y desparasitación de salud del paciente se encontraban vigentes. Examen clínico y perfiles de laboratorio: En el examen clínico se encontró un animal caquéctico y decaído, con mucosas y temperatura normales. A la palpación abdominal se percibió una gran distensión abdominal con presencia generalizada de gas en el intestino y rechazo a la misma. Los perfiles hematológicos y bioquímicos no arrojaron hallazgos significativos. En las radiografías simples se detectó una gran distensión gástrica y de las asas intestinales causada por la presencia de abundante gas y engrosamiento de las paredes intestinales. El examen coprológico reveló un incremento en la flora bacteriana gram negativa, además de la presencia de moco, sangre y leucocitos abundantes. El paciente fue tratado con un diagnóstico de infección intestinal y evolucionó favorablemente al cabo de 48 horas de tratamiento. Una vez completó el ayuno programado, el paciente fue introducido en dieta blanda, sin embargo, se detectó que varias horas después de ingerir el alimento, éste era nuevamente expulsado sin presentar arcadas previas y sin realizar esfuerzos propulsivos, por lo que se sospechó de regurgitación. el paciente fue sometido a esofagoscopia para confirmar un divertículo. La inducción anestésica se realizó con la combinación de clorhidrato de ketamina más diazepam y el mantenimiento anestésico con isofluorano. En la endoscopia se apreció una gran dilatación ventral y lateral izquierda, sin aparente agrandamiento del resto del esófago, con lo cual se confirmó la presencia de un gran divertículo esofágico. No se presentaron complicaciones durante el procedimiento endoscópico, ni en la recuperación post anestésica. Tratamiento posquirúrgico : El tratamiento posquirúrgico incluyó el protocolo descrito en la tabla. El paciente fue mantenido con soluciones poli electrolíticas de aminoácidos y vitaminas por vía parenteral durante las primeras 48 horas, luego de las cuales se inició la vía enteral a través de la sonda de gastrostomía, inicialmente sólo con agua y soluciones electrolíticas. Al ser bien tolerados, se adicionaron soluciones enterales de alimentación en las 12 horas siguientes. Posteriormente se iniciaron licuados de alimentación balanceada, los cuales fueron muy bien tolerados. El tubo a tórax fue retirado a las 48 horas posquirúrgicas luego de haber drenado aproximadamente 100 cc de secreción sero hemática. La alimentación oral se inició pasados seis días, luego de los cuales se retiró la sonda de gastrostomía. El síntoma más notorio en el paciente consistía en regurgitación, la cual era confundida por sus propietarios con vómito frecuente. La pobre condición corporal del paciente era otro signo llamativo; sin embargo, otros signos hallados en pacientes con divertículos esofágicos tales como disfagia y otros asociados a complicaciones respiratorias por aspiración bronquial no se encontraron presentes en el paciente. Caso de hernia hiato deslizante en gato Se presenta un gato persa macho, sin castrar, de 6 meses de edad y 4 kilos. La principal queja del propietario era la regurgitación en los 4 días anteriores a la consulta. El tutor relató que los episodios ocurrían justo después de que el animal comiera, con aparición de alimento no digerido, y según él, observó que comenzaban después de un momento de juego, en el que el animal se asustaba y mostraba estrés respiratorio. El paciente tenía un protocolo de vacunación completo y actualizado, un historial reciente de medicación antiparasitaria, una frecuencia cardiaca y respiratoria dentro de los parámetros normales, y un apetito conservado, como evidenciaban los intentos de alimentación; sin embargo, había regurgitación después de comer. Bajo sospecha de enfermedad esofágica, el animal fue remitido para un examen radiográfico simple y con contraste (esofagograma). Inicialmente se realizó una radiografía simple en proyección lateral