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Orientación Universidad
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La Importancia de la Historia en la Formación de Administradores, Apuntes de Administración de Empresas

Este documento discute sobre la importancia de la historia en la formación de profesionales administradores. El autor argumenta que la historia demuestra los efectos de las acciones de líderes en la sociedad y ayuda a preparar a los líderes o gerentes para el ejercicio exitoso de organizaciones. Se mencionan precursores de la administración, como f.w. Taylor, h. Fayol y max weber, y se discute cómo su trabajo ha influido en el desarrollo de programas universitarios de administración. Además, se critica el enfoque tradicional de la formación administrativa centrado en funciones administrativas y se propone un nuevo enfoque para el siglo xxi.

Tipo: Apuntes

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Universidad & Empresa
ISSN: 0124-4639
editorial@urosario.edu.co
Universidad del Rosario
Colombia
Pérez Gómez, Carlos Hernán
Administración e historia en la formación de administradores
Universidad & Empresa, vol. 4, núm. 9, diciembre, 2005, pp. 159-169
Universidad del Rosario
Bogota, Colombia
Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=187217454009
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Sistema de Información Científica
Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal
Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto
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Universidad & Empresa ISSN: 0124- editorial@urosario.edu.co Universidad del Rosario Colombia

Pérez Gómez, Carlos Hernán Administración e historia en la formación de administradores Universidad & Empresa, vol. 4, núm. 9, diciembre, 2005, pp. 159- Universidad del Rosario Bogota, Colombia

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=

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Sistema de Información Científica Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto

Carlos Hernán Pérez Gómez

Univ. Empresa, Bogotá (Colombia) 4 (9): 159-169, diciembre de 2005

Administración e historia

en la formación de

administradores

Carlos Hernán Pérez Gómez **********

Presentado: febrero de 2005. Aprobado marzo de 2005

RESUMEN Enseñar administración constituye uno de los aspectos relevantes de la sociedad, y los profesionales de la disciplina cumplen un papel protagónico en el ejercicio de sus funciones en las organizaciones, con efectos en la prosperidad de las mismas, contribuyendo a la riqueza de las naciones. El proceso enseñanza/aprendizaje debe acudir a las demás ciencias y técnicas para soportar la universalidad de la administración y la responsabilidad de su ejercicio. La historia, como proceso científico, contribuye demostrando los efectos de los cambios genera- dos por las acciones de los dirigentes en la sociedad. Esta ponencia no busca excluir esta disciplina de las demás, ni éstas de la disciplina administrativa misma, en los procesos de formación, pretende, sí, resaltar la importancia de la preparación de los dirigentes o empresa- rios, haciendo uso de la historia, para aportar a individuos que tienen la labor o vocación de conducir organizaciones.

Palabras clave: enseñanza, administración, universalidad, historia, dirigentes, empresarios, interdisciplinariedad.

ABSTRACT The teaching of Administration constitutes one of the most relevant aspects of society, and professionals in this discipline play an important role in the application of this function within organizations, generating results for companies and contributing to the richness of nations. The process of learning must coincide with other sciences and practices in order to support the universality of Administration and the importance of its role in society (responsibility of its purpose). As a scientific process, History helps to demonstrate the effects of changes brought about by the actions of leaders in society. This claim does not look to exclude itself from other disciplines, nor from other fields of thought within Administration, in the method of teaching. However it does emphasize the importance of training and preparation of leaders or manag-

  • (^) Propuesta presentada y aprobada por el Consejo Latinoamericano de Escuelas de Administra- ción (CLADEA) 2005. ** (^) Doctorado en curso, profesor investigador de la Facultad de Administración de la Universidad del Rosario, Bogotá, Colombia. Correo electrónico: chperez@urosario.edu.co.

Carlos Hernán Pérez Gómez

Univ. Empresa, Bogotá (Colombia) 4 (9): 159-169, diciembre de 2005

piamente dicha, mediante “adjetivos” que le han atribuido las instituciones educativas, en su afán por incremen- tar sus ingresos, ya que las empre- sas de los diversos sectores de la economía, en las ultimas décadas, han venido requiriendo profesiona- les de la administración, para buscar la mejora de su productividad.

Abordar el conocimiento administra- tivo requiere del “reconocimiento”, como saber interdisciplinario; y el ejercicio profesional lleva implícito el análisis multivariado, afectando tan- to el entorno como el interior de las organizaciones empresariales, sin dejar de lado el acontecer histórico, más cuando el surgimiento de pro- gramas académicos de administra- ción viene incrementándose vertiginosamente, separando en pro- cesos de enseñanza/aprendizaje las áreas funcionales, sin acudir a la in- tegración de los saberes que a la ad- ministración le son propios.

La formación del administrador debe incluir las diversas ramas del saber que integran la disciplina, con el fin de consolidar su acción mediante diagnósticos, análisis y propuestas de carácter interdisciplinar, para cum- plir el papel histórico que le corres- ponde ejercer en la sociedad.

Sobre el particular, es saludable acu- dir a Joseph Basile, quien en su obra “La formación de líder 1980” reco- noce que los dirigentes y líderes de- ben ser 80% cultos y 20% técnicos,

y así, mediante una profunda cultura general, podrán aprender el arte de dirigir, mediante una constante acu- mulación de conocimiento. Es impor- tante destacar que la cultura que propone Basile:

No se refiere a erudición libresca o a inte- grar una riqueza literaria con una compe- tencia científica; tampoco se trata, según él, de adquirir un sentido psicológico agu- do de la acción y del nuevo arte de man- dar, pues caerá en el oportunismo y manipulación; tampoco, según él, se trata de limitarse a aspiraciones espirituales distantes de las realidades cotidianas. Él entiende como cultura general la síntesis de estos esfuerzos, sobre la base de un equilibrio de juicio, de voluntad y de vida interior, y concluye: este triple esfuerzo intelectual, dinámico y moral no podrá limitarse a la promoción o satisfacción del dirigente, sino que deberá servir a un fin último: el beneficio de la colectividad”.^1

En razón de lo anterior, una aproxi- mación inicial al tema central de esta ponencia se observa en programas de formación de la administración, que se desarrollan actualmente en algunas universidades, al no reflejar diferencias marcadas, aspecto que debería ser analizado en el contexto histórico, social, económico y edu- cativo de la formación profesional de administradores.

(^1) Monroy, Leonel, “La formación del admi- nistrador: realidades y paradigmas”, Rev. Pliegos Administrativos y Financieros , Universidad del Valle, Facultad de Ciencias de la Administración, noviembre 1994, No. 23, p. 6.

Administración e historia en la formación de administradores

Univ. Empresa, Bogotá (Colombia) 4 (9): 159-169, diciembre de 2005

Este análisis parte de la base del ries- go en el énfasis en la especialización, que se relaciona con la eficacia me- diante el desarrollo de capacidades técnicas, lo que conlleva a una rigi- dez de los programas de formación de los administradores; así lo recono- cen docentes e investigadores que han abordado el tema. Allan Chanlat (pro- fesor de administración con experien- cia de más de 20 años en la práctica docente de la disciplina) llega a afir- mar que se generan procesos de for- mación no muy bien calificados en las escuelas de administración.

Considera la formación como el handi- cap que tiene la formación del adminis- trador: programas “anti-intelectuales”, donde el razonamiento se refiere a for- mulas hechas y la síntesis no florece, puesto que también hay carencia en el espíritu de análisis [...] En general, Chanlat plantea la necesaria multicom- plementariedad de las diferentes disci- plinas que concurren en la formación del administrador, con una comprensión de lo humano que subyace en cada una de ellas (biología, psicología, sociología, an- tropología, filosofía, etc.), de modo tal que el diálogo y el encuentro entre seres humanos sea revalorizado y enriqueci- do; diálogos necesarios en un mundo que le reclama al administrador manejar dife- rentes encuentros, diferentes conflictos, diferentes opiniones, aspiraciones y ne- cesidades”.^2

Por su parte, el autor Rodeick O’Connor, en su obra La gerencia

humanizada manifiesta que el ge- rente debe moverse entre dos fun- ciones: la de mantenimiento y la de dinamización, las cuales se requie- ren para el desarrollo y conservación de la organización.

De acuerdo con el área funcional donde se trabaje puede presentarse más necesi- dad de desarrollar una función que otra, pero sí se asevera como necesaria la fle- xibilidad y capacidad gerencial para des- plazarse entre las dos y para trasladarse a una de ellas, si las necesidades y cir- cunstancias de la empresa lo requieren [...]”. 3

En los años noventa de la pasada centuria, el autor Bernardo Klisberg, partiendo del reconocimiento del en- torno de la década, reconoce que esta misma es “turbulenta” y cuen- ta con características que le son pro- pias; cambios incesantes, a ritmo acelerado y con un énfasis mayor en los entornos político-económicos a nivel internacional; con acentua- da innovación tecnológica, afectan- do los procesos productivos; todo esto mediatizado por una marcha acelerada en la transformación total del mundo de las comunicaciones y una creciente inestabilidad en los re- gímenes políticos. Conceptúa el Dr. Kliksberg:

La complejidad, la inestabilidad, la bifur- cación y los finales abiertos son elemen- tos propios de las condiciones operantes hacia el último decenio”, condiciones para

(^2) Op. Cit ., p. 8. 3 Op. Cit ., p. 9.

Administración e historia en la formación de administradores

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que se educa en cuanto a los procesos gerenciales (planificación, organización dirección, etc.), por cuanto se evitan las islas en la organización y se conduce a una mayor interdependencia entre las áreas, a través de los procesos”.^5

Otro aspecto de trascendental im- portancia es el de la internacionali- zación de la administración, a raíz de los cambios dados en la economía mundial, la cual se viene globalizando de manera permanente y continua en las ultimas décadas, y necesariamen- te ha propiciado que en los planes de estudio de la administración se deban incluir temas relacionados con el proceso de internacionalización, tal y como ha sido reconocido en los encuentros académicos de carácter internacional, como el de la AACSB y la EFMD.

En la reunión de la Arden House, realiza- da por la Asociación Americana de Es- cuelas de Administración (AACSB) y la Fundación Europea para el Desarrollo de la Administración (E.F.M.D.), reco- nocieron que la educación en administra- ción debe incluir elementos para identificar estos cambios y proveer la capacidad de liderazgo necesaria para enfrentarlos. Se considera que el admi- nistrador de esta nueva situación requie- re: “estar preparado para participar en negociaciones políticas y económicas, para la transferencia a otros países de materiales, energía y tecnología, y para enfrentar las presiones de otras muchas

culturas nacionales y entender las diver- sas aspiraciones. 6

Nótese que hasta aquí no se habla de proceso histórico alguno, como ins- trumento de formación en administra- ción. Grandes aportes de autores que contribuyen al estudio de la adminis- tración provienen de diferentes es- cuelas y teorías, surgidas a través de la historia, y se hace necesario, en la actualidad, observar cómo algunos retoman autores clásicos para dar relevancia a sus propuestas.

Uno de los grandes precursores de la administración, Frederick Winslow Taylor, se preocupó siempre por la productividad, y para ella fue que enunció los principios de la adminis- tración científica, hoy retomados por diversos autores de la administración en todo el mundo, inclusive sus pro- pios críticos.

[...] No deja de ser significativo que per- sona tan crítica de Taylor y su obra como Georges Friedman, en uno de sus más difundidos libros, afirme que “la primera tentativa que haya pretendido fundarse en la ciencia, para estudiar y dominar en conjunto los problemas hu- manos de la gran industria, es el taylorismo”. Este es ya un mérito muy respetable. Pero también es indicio in-

(^5) Kotz, Eugene, “Educación gerencial para el siglo XXI”, Monroy, Leonel, Op. Cit ., Asam- blea Anual de Cladea, 1990, p.16.

(^6) Ochoa Díaz, Héctor, “Algunas consideracio- nes frente al problema de la internacionali- zación del currículo de administración”, Rev. ICESI , 1992, AACSB, EFMD. “Management in the XXI Century”, Monroy, Leonel, Op Cit ., Arden House Colloquium, 1979, p. 19.

Carlos Hernán Pérez Gómez

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dudable de la importancia de Taylor, el que hoy, ochenta años después de la formulación de su doctrina, sus obras áridas y desprovistas de todo mérito literario se sigan imprimiendo y gocen de considerable éxito entre el público. En EE.UU., las reimpresiones han sido continuas, a lo largo de ochenta años. En Europa, después de un periodo de letargo, ha renacido el interés: reciente- mente en Francia y ahora en España, han reaparecido en el mercado las obras de Taylor. Y este interés por Taylor no es de índole práctica, porque en este aspecto sus obras están francamente su- peradas, sino por ser el motor de un fenómeno que algún autor con cierta exa- geración ha denominado “segunda revo- lución industrial”. 7 Cuando Taylor empezó a preocuparse por los proble- mas de la productividad que planteaba la nueva tecnología, y también las nue- vas circunstancias económicas, la psi- cología era una rama incipiente del saber, que apenas había salido del laboratorio y que, en todo caso, no había llegado a preocuparse por los problemas del com- portamiento humano frente a las má- quinas y a las organizaciones económicas. Y Taylor, que era un técni- co, tuvo que recurrir a un esquema psi- cológico muy simple, aunque no totalmente ajeno a la realidad. De la mis- ma forma que los economistas, al inten- tar explicar el proceso de formación de los precios en un sistema capitalista, partieron forzosamente de un supuesto muy similar: que el empresario somete sus decisiones al imperativo del máxi- mo beneficio. Y nadie los ha ridiculiza-

do por este proceder. En cada momento deben utilizarse los instrumentos dis- ponibles, aunque sean muy toscos”. 8

Peter Drucker también ha sido de- fensor de la obra de Taylor, quien inclusive, en una de sus publicacio- nes, manifiesta que este fue el único que derrotó a Karl Marx, al ver una relación no antagónica entre empleador y trabajador, en la cons- tante búsqueda de productividad del trabajo en las empresas:

“Para todos los economistas del siglo XIX, incluso Marx, era axiomático que los obreros sólo podían producir más trabajando más duro o duramente más horas. Fue un ingeniero norteamericano, Frederick W. Taylor, el que hizo lo que a nadie se le había ocurrido antes: tratar el trabajo manual como algo que merecía estudio y análisis. Taylor demostró que el verdadero potencial de mayor produc- ción estaba en trabajar en forma más in- teligente. Taylor fue el que derrotó a Marx y al marxismo. Sus “Principles of Scientific Management” (1911) no sólo aumentaron enormemente la producción, sino que hicieron posible aumentar los jornales de los obreros, rebajando al mis- mo tiempo el precio del producto y au- mentando por consiguiente la demanda de éste”.^9

También sobre productividad, el au- tor Drucker enfrenta los autores que se vienen citando:

(^7) Serra Ramoneda, Antonio, Prólogo de la obra: Management científico , de Taylor, Frederick, Winslow, Oikos-Tau S.A. Edicio- nes, Barcelona, 1970, p. 8.

(^8) Op. Cit ., p. 15. (^9) Drucker, Peter, Las nuevas realidades. ED. Norma, sin ciudad, 1989.

Carlos Hernán Pérez Gómez

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Lo anterior contribuye a afirmar que la administración tiene, además, un campo de aplicación en todas las organizaciones en las que el hombre queda inmerso desde que nace en una sociedad, cualesquiera que sean. Así mismo, que toda organización requiere de un individuo o grupo de individuos que la conduzca hacia los objetivos previamente establecidos.

En efecto, si de formar dirigentes organizacionales se trata, porque los requiere la sociedad para la conduc- ción de sus organizaciones (y aquí entonces se puede afirmar que la administración es una profesión que surge como una necesidad de la so- ciedad ), deben ser dotados de co- nocimientos que les permitan hacer frente a las situaciones que se les presentan en el entorno económico, político, social, comercial, ambiental, y en el sector económico donde la empresa debe desarrollar el objeto social para el que ha sido creada.

Ahora bien, para el diseño y, lo más importante, para el logro de un perfil de dirigente, también han de incluir- se variables personales que garanti- cen no sólo su continuidad en la gestión, sino la de la empresa que le corresponde administrar, en el sec- tor de la economía respectivo, para contribuir no sólo con el crecimiento de la riqueza de las naciones, sino el del bienestar y nivel de vida de los ciudadanos. Es conveniente y salu- dable reconocer la importancia de la formación en administración de los

individuos, ya que ésta se convierte en apoyo al ejercicio profesional de diversas disciplinas del conocimien- to; esto es, que los profesionales de estas disciplinas van a ejercer sus conocimientos en organizaciones que, si no son dirigidas en principio por ellos, pueden necesitarlos des- pués como dirigentes de la organi- zación o de alguna de sus áreas funcionales. Es por esto que la for- mación en administración también va a tener que acudir a los programas de postgrados, donde se vislumbra la oportunidad de entrar en contacto con los profesionales de ciencias o técnicas diferentes de la disciplina administrativa.

Pero a todas estas, ¿cual ha de ser el proceso educativo del administrador de los “nuevos” tiempos? Algunos estudiosos ya también se hacen ésta y otras preguntas. En CLADEA (Consejo Latinoamericano de Escue- las de Administración), por ejemplo, ya ha habido algunos inquietos con esta situación. Sus propuestas, en principio, parecen apuntar a que los procesos educativos de la administra- ción deben llegar al meollo de lo so- cial, por la responsabilidad ejecutiva que debe afrontar un administrador ante la sociedad donde se mueve la empresa, integrando, claro está, los objetivos de la educación superior, como son la docencia, la investiga- ción y el servicio a la comunidad.

En la primera; es decir en la docen- cia, debe establecerse cómo están los

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grupos de profesores y dirigentes de las escuelas o facultades de adminis- tración en la actualidad. Un sondeo realizado inicialmente permite afirmar que se cuenta con docentes y directi- vos insuficientemente preparados en administración y educación, y este cuerpo profesoral tiene serias defi- ciencias en uno, en otro o en ambos campos. En la segunda; la investiga- ción, se debe contar con grupos de investigación dedicados a producción académica de manera permanente y continua. Y en la tercera; la proyec- ción social, es necesario destacar que el deterioro social de los países de América Latina, en los últimos tiem- pos, ha venido en constante creci- miento después de la tan esperanzada apertura económica.

Esta situación, como es de fácil re- conocimiento, acentúa las diferencias sociales y la pobreza de sus habitan- tes de manera alarmante, y se debe enfrentar con valentía, mediante pro- gramas de formación de dirigentes y empresarios, para no ser invitados de piedra en el proceso de contribu- ción al desarrollo de las naciones, mediante el mejoramiento de la cali- dad de vida de los habitantes.

Habrá que revisar la propuesta de las escuelas o facultades de admi- nistración, que vienen ofreciendo a la comunidad académica desde la pasada centuria, para ver si es posi- ble proponer un nueva forma de edu- car a los profesionales de esta área, para que fortalezcan las empresas

actuales o las que están en periodo de gestación, y apoyar a profesiona- les de otras disciplinas del conoci- miento en la satisfacción de sus necesidades de formación adminis- trativa, para contribuir al mejoramien- to de su desempeño profesional, cuando les competa ejercer las fun- ciones administrativas en las empre- sas propias o ajenas, con la responsabilidad social que exigen los nuevos tiempos.

Por último, y no por esto menos im- portante, la indagación histórica que se debe hacer sobre los dirigentes que ejercen la profesión de manera empírica, y que obtienen buenos re- sultados en la dirección de las em- presas, es conveniente y saludable para establecer si de alguna forma hay algo en común en los adminis- tradores o gestores empresariales, que pueda ser indispensable para in- cluir en el proceso de formación de administradores y empresarios del futuro. Y esta responsabilidad sí es de la comunidad académica de la disciplina de la administración.

CONCLUSIONES

La disciplina administrativa encuen- tra soporte en las demás ciencias (biológicas, físicas, sociales, econó- micas, etc.) sin optar por una en par- ticular u olvidarse de alguna de ellas.

Diversas disciplinas del conocimiento se han involucrado en el tema de la