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Este documento proporciona una introducción al equilibrio ácido-base en el cuerpo humano, explicando los conceptos básicos de ph, amortiguadores biológicos y excreción renal. Se detallan los cuatro principales amortiguadores fisiológicos: fosfato, proteína, hemoglobina y bicarbonato, y se describe cómo la excreción renal juega un papel crucial en la eliminación de fármacos y el mantenimiento del equilibrio ácido-base. Útil para estudiantes de medicina, biología y ciencias de la salud.
Tipo: Resúmenes
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Los líquidos fisiológicos son disoluciones acuosas de electrólitos en los que tienen lugar reacciones de transferencia de protones o reacciones ácido-base, que son fundamentales en los procesos metabólicos. En estas reacciones el agua exhibe propiedades de anfolito, actúa como base al aceptar protones y como ácido al donarlos, de esta forma origina respectivamente iones hidronio (H3O+) (ácido) y iones hidroxilo (OH−) (base) —para simplificar H3O+ se representará en este texto como H+—. El agua pura, que se disocia débilmente,1 o una disolución neutra contiene proporciones equimolares de las dos formas iónicas ([H+]/[OH−] = 1). En los líquidos del organismo, las interacciones entre los distintos electrólitos y el agua determinan el valor de la relación ácido/base: [H+]/[OH−]. De forma recíproca, un cambio en el equilibrio ácido-base varía el grado de disociación de los electrólitos débiles entre los que se hallan las proteínas. Una modificación de la carga iónica proteica conlleva cambios en su conformación y en su actividad enzimática. Estos efectos inciden al final sobre procesos fisiológicos importantes, como la regulación del metabolismo, el potencial de membrana, la proliferación celular y la apoptosis. Para una temperatura determinada, los conceptos de regulación del equilibrio ácido-base y de regulación del pH (pH = – log [H+]) son equivalentes, sin embargo, no son equiparables si la temperatura cambia, ya que el grado de disociación del agua y en consecuencia el pH neutro varían con la temperatura.2 Esta discordancia sólo tiene interés clínico en el control del pH en situaciones de hipotermia. Las alteraciones del pH inducen respuestas homeostáticas eficaces a nivel celular, tisular y sistémico. El pH citosólico de las alteraciones del pH inducen respuestas homeostáticas eficaces a nivel celular, tisular y sistémico. El pH citosólico de la mayoría de las células, en torno a 7.1 (relación [H+]/[OH−] = 1/4), es ligeramente más básico que el pH neutro del agua (6.8 a 37°C). El medio extracelular, que recibe los residuos ácidos producidos por la actividad celular, se mantiene en un pH más alcalino (∼ 7.4; [H+]/[OH−] = 1/15), por ello se dice que el medio interno muestra un estado de alcalinidad relativa. Las determinaciones en la sangre arterial se consideran representativas en clínica del estado ácido-base sistémico. En condiciones fisiológicas normales, el pH de la sangre arterial es de 7.35 a 7. ¿Qué son los amortiguadores biológicos? También llamados como tampones o buffer, Son sistemas acuosos que pueden resistir los cambios de pH cuando se agregan cantidades pequeñas de ácidos (H+) o bases (OH-). Los tampones fisiológicos son la primera línea de defensa frente a los cambios de pH de los líquidos corporales, entre los que destacan: el tampón fosfato, el tampón bicarbonato y el tampón hemoglobina. Consisten en un par ácido-base conjugada que actúan como dador y receptor de protones respectivamente. Un amortiguador de pH es una solución que tiende a resistir los cambios en su pH cuando se añade ácido y también son los sistemas encargados de evitar grandes variaciones del valor de pH son los denominados “amortiguadores, buffer, o tampones”. Son por lo general soluciones de ácidos débiles y de sus bases conjugadas o de bases débiles y sus ácidos conjugados. LOS CUATRO AMORTIGUADORES FISIOLOGIMOS MAS IMPORTANTES EN EL SER HUMANO SON Fosfato : PK 6.
Proteína : diferentes valores de PK Hemoglobina : PK 7. Bicarbonato : PK 6. Excreción renal La mayor parte de la excreción de los fármacos se lleva a cabo mediante excreción renal. Aproximadamente un quinto del plasma que llega a los glomérulos es filtrado a través de los poros del endotelio glomerular, casi toda el agua y gran parte de los electrolitos son reabsorbidos de forma pasiva y activa hacia el torrente circulatorio en los túbulos renales. Sin embargo, los compuestos polares, entre los que se encuentran la mayoría de los metabolitos de los fármacos, no pueden difundir de nuevo hacia la sangre y son excretados, a no ser que existan mecanismos específicos de transporte para su absorción (p. ej., como en el caso de la glucosa, el ácido ascórbico o las vitaminas B). La excreción renal de fármacos disminuye con el envejecimiento (véase tabla Efecto del envejecimiento sobre el metabolismo y la eliminación de los fármacos); a los 80 años, la depuración suele encontrarse reducida a la mitad del valor a los 30 años. La excreción renal de fármacos también puede cambiar con diversas condiciones de salud. En pacientes críticos, la lesión renal puede disminuir temporalmente la excreción renal de fármacos; en cambio, la depuración renal aumentada (por ejemplo, en pacientes críticos que pueden ser más jóvenes y tener función renal intacta) puede aumentar la excreción renal de fármacos, lo que resulta en concentraciones plasmáticas subterapéuticas de ciertos fármacos, especialmente antibióticos, tanto en niños como en adultos (para una revisión, véase [ 1 ]). El manejo renal de los fármacos se rige por los principios del paso transmembrana. Los que se encuentran unidos a proteínas plasmáticas permanecen en el torrente circulatorio; el filtrado glomerular sólo contiene fármaco libre. Las formas no ionizadas de los fármacos y de sus metabolitos tienden a ser reabsorbidas con facilidad a partir de los líquidos tubulares. El pH de la orina oscila entre 4,5 y 8,0, y puede afectar de manera importante la reabsorción y la excreción de los fármacos porque el pH de la orina determina el estado de ionización de un ácido o base débil (véase Difusión pasiva). La acidificación de la orina aumenta la reabsorción y disminuye la excreción de los ácidos débiles, y por el contrario, reduce la reabsorción de las bases débiles. La alcalinización de la orina produce el efecto inverso. En algunos casos de sobredosis, se pueden aprovechar estas propiedades para promover la excreción de ácidos o bases débiles; p. ej., se puede alcalinizar la orina para promover la excreción de ácido acetilsalicílico. El grado en el que afectan los cambios en el pH urinario a la velocidad de eliminación de un fármaco depende de la contribución de la vía renal a su eliminación total, de la polaridad de la forma no ionizada y del grado de ionización de la molécula. La secreción tubular activa en el túbulo proximal interviene de manera importante en la eliminación de muchos fármacos. Este proceso requiere aporte de energía y puede ser bloqueado mediante inhibidores metabólicos. Cuando la concentración del fármaco es alta, la secreción mediante este tipo de transporte tiene una capacidad limitada (transporte máximo); cada sustancia tiene un valor de transporte máximo característico. Los aniones y los cationes son transportados mediante diferentes mecanismos. Normalmente, el sistema secretor de aniones elimina metabolitos conjugados con glicina, sulfato o ácido glucurónico. Los diferentes aniones compiten entre sí por este mecanismo de secreción. Este fenómeno competitivo puede ser explotado terapéuticamente; p. ej., el probenecid bloquea la secreción tubular de penicilina, que
Los trastornos ácido-base son cambios patológicos en la presión parcial de dióxido de carbono (PCO 2 ) o el bicarbonato sérico (HCO 3 −) que producen en forma típica valores de pH arterial anormales. La acidemia es el pH sérico < 7,35. La alcalemia es el pH sérico > 7,45. La acidosis incluye los procesos fisiológicos que promueven la acumulación de ácido o la pérdida de bases. La alcalosis abarca los procesos fisiológicos que promueven la acumulación de bases o la pérdida de ácido La acidosis está causada por una producción excesiva de ácido, por una excesiva pérdida de bicarbonato (acidosis metabólica) o por una acumulación de dióxido de carbono en la sangre, resultado de un funcionamiento pulmonar deficiente o de una depresión respiratoria (acidosis respiratoria). La alcalosis consiste en un exceso de alcalinidad sanguínea causado por la presencia de demasiado bicarbonato o por una carencia de ácido en la sangre (alcalosis metabólica), o por una concentración baja de dióxido de carbono en la sangre a consecuencia de una respiración rápida o profunda (alcalosis respiratoria